En el marco del 3 Foro Nacional por la Seguridad, Ciudadanos + Policías, le solicitamos al presidente Peña implementara la Clave Única de Identidad para resarcir el derecho a la identidad que ha sido negado a los mexicanos y que quedó a la deriva en la pasada administración con la Cédula de Identidad para menores y apoyar la seguridad de los ciudadanos.

Después de recorrer distintas oficinas para hacer que el proyecto camine, nos preocupa enteramos de que el funcionario designado para este encargo está empezando a tropezarse y a poner en riesgo la que, desde la óptica ciudadana, es una de las políticas sociales más importantes para todos los que habitamos en este país.

Dado que la instrucción de Gobernación fue clara, “concretar la Clave Única de Identidad”, supusimos que como buen político, Humberto Roque Villanueva urgiría conocer la ruta crítica trazada en la Secretaría, sus beneficios y allegarse de la información que tuviera a su alcance para profundizar el proceso, pero no ha sido así; lejos de ello, ha hecho declaraciones que poco abonan a la construcción de una política exitosa.

Por ejemplo, en medio del escándalo por su designación —en el cual Osorio Chong ha pedido tiempo para dar resultados— nos enteremos que, para el señor Roque, la Cédula de Identidad del sexenio pasado era muy costosa y controladora para la población. ¿De verdad lo cree? En primera, existen registros de menores que pueden ser retomados, por lo cual el borrón y cuenta nueva no aplica y, en segunda, el hecho que el Estado implemente un mecanismo de protección de la identidad a menores ni es excesivo ni es caro. Sin duda existieron problemas y despilfarros, pero éstos no dan para enterrar el proceso ni para olvidar los 6.8 millones de registros de menores.

Una política de resultados difícilmente llega por inercia. Para lograrla es necesario acompañarla y auditarla por los propios ciudadanos y dejar de pensarla como una dádiva o un trámite de gobierno que puede ser enterrado al final de las administraciones presidenciales.

De la correcta implementación de la Clave Única dependen muchos beneficios para los ciudadanos en materia de seguridad, gestión pública, vida económica y nuestra vida cotidiana. Por ello es legítima nuestra preocupación y porque sabemos que, de entrada, esta política empezará a limpiar los abusos y las duplicidades en la emisión de actas de nacimiento, que como actualmente funciona su emisión, la hacen vulnerable para que vivales usen al Registro Civil y se abra la puerta al robo de identidad, al robo de infantes, al tráfico de inmigrantes, al fraude en instituciones bancarias y a programas sociales.

Por ejemplo, datos de la Comisión Nacional Bancaria confirman que el robo de identidad cuesta 118 mdp a bancos y 50 mil pesos en promedio a cada cliente y si en ese rubro es grave el problema, cuando se trata de un infante que es sustraído o de plano vendido como se documentó recientemente en Sonora, el reconocimiento se vuelve un infierno para las familias que carecen de un registro biométrico de su familiar.

Así que demos la dimensión que tiene a esta política pública, que en estos meses tendrá que afinar su Plan de Trabajo 2016 e impulsar una reforma legal que garantice el resguardo de datos, tiempos y la vinculación con distintos espacios de gestión pública, bancaria y comercial.

Ya se perdieron varios años, ojalá Roque Villanueva defienda el proyecto con la misma energía del secretario Osorio, que aproveche el tiempo e informe qué porcentaje de la población ya dio sus datos de huellas dactilares e iris en SAT, IMSS, ISSSTE; cómo va la depuración, el cruce de datos de la CURP y actas de nacimiento y los tiempos de licitación para los equipos tecnológicos que levantarán datos biométricos para, entonces, trazar un camino a 2018 donde tengamos Clave Única de Identidad todos los mexicanos y la política dé los resultados prometidos.

Presidenta de Causa en Común.

@MaElenaMorera

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