Esta semana ha sido una de las más controvertidas del año, tanto que cuesta trabajo enfocarse en un solo tema para opinar.

Quisiera empezar destacando que en la XL Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, el presidente Peña Nieto por fin reconoció que el homicidio doloso repuntó, sobre todo en algunos municipios del país. Este reconocimiento era más que necesario, porque no podían seguir ignorando que este año tenemos 32.8% más homicidios que en 2015, y que estamos próximos a superar los índices más altos alcanzados en el sexenio pasado. Al respecto quisiera señalar dos cosas.

Primero, es lamentable que el descenso del homicidio doloso que tanto presumió el gobierno federal en lo que va del sexenio, se haya debido a causas diferentes a una estrategia, y que ahora aún y cuando se reconozca el incremento, es muy probable que no se tenga claridad sobre lo que se tiene que hacer para enfrentar este problema.

Segundo, trabajar en los municipios con mayor incidencia parece razonable, como ya fue anunciado; sólo quisiera recordarles que además del homicidio hay otros delitos que atender, como el secuestro, la extorsión, entre otros más que están lastimando a muchas familias, y que la mayoría de estos delitos escapan de las estadísticas oficiales porque nunca son denunciados.

Otro de los temas es el mensaje del 4to Informe de Gobierno. Cuando se anunció el formato interactivo pensé que era justo realizar este diálogo con los jóvenes, además era un intento diferente para rendir cuentas. Sin embargo, me bastó verlo para pensar que el nuevo formato es insuficiente. Este ejercicio debió ser una actividad complementaria, ya que muchos mexicanos queremos oír al Presidente decirnos qué sí y qué no pudo hacer en un año de trabajo. Considero un error minimizar el Informe a legisladores, políticos, académicos y sociedad.

En cuando a su contenido, un primer vistazo nos permite ver la insistencia discursiva de que “las cosas buenas casi no se cuentan”. Así, con cifras ajustadas nos dice que la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes a nivel nacional se redujo, de 22.18 en 2012 a 16.96 en 2015. Además, que de acuerdo a los totales delictivos, el secuestro ha tenido una variación de -25.7% y la extorsión un -30.7% en ese periodo.

Lo cierto es que para la población, las cosas son a la inversa. Según la Envipe 2015, un 73% de la población considera que vive en un entorno inseguro. Lo cual confronta la discursiva oficial. Además, también hay que decirlo, varios de los grandes logros que se anuncian, como el Sistema Nacional Anticorrupción, son producto de años de incidencia de la sociedad civil y no una concesión.

Otra de las cosas que pasaron esta semana fue que la Policía Federal dio un giro no sabemos si de 360 o de 180 grados, pero dada la importancia que tiene esta institución para la seguridad de nuestro país, esperamos que el nuevo comisionado general logre consolidarla, sin olvidar que la sociedad civil está pendiente y que ni perdona ni olvida los casos Tanhuato, Nochixtlán, entre otros tantos.

Por último, la cereza del pastel en la semana de Peña Nieto fue la visita de Donald Trump. Fue vergonzoso. Entendemos que no le importa su popularidad, pero los mexicanos perdimos más de lo que ganamos. Ojalá me equivoque, pero por lo pronto se fue sin sensibilizar, con votos y con más ganas de que paguemos por su muro.

Presidenta de Causa en Común.
@MaElenaMorera

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