Ante los retos que enfrenta el PRI en lo inmediato, tanto para fortalecer su competitividad electoral como para generar mayor confianza de la ciudadanía en su acción política, consideramos pertinente realizar ajustes mínimos, pero necesarios, a su estructura organizativa. Es un primer paso en el camino de transformación que irá tomando cuerpo con la participación activa de nuestros militantes y la retroalimentación que obtengamos del contacto permanente con los ciudadanos.

Es muy importante prepararnos para ganar elecciones, pero no lo es menos avanzar en la identificación y abanderamiento de causas ciudadanas. Trabajaremos sobre la marcha en esas dos rutas de acción paralelas con la premura que nos impone la inminencia de las elecciones del próximo año, cuando han de renovarse 12 gubernaturas, más cientos de ayuntamientos y diputaciones locales en 13 entidades del país.

Partimos de la evaluación de nuestros haberes para aprovechar al máximo esos recursos y no generar burocracias partidistas, sino instancias ágiles en las que militantes y ciudadanos encuentren espacios de participación y de interlocución confiable. Por ello cumpliremos el compromiso de refrescar la vida interna de nuestro instituto político con la incorporación en puestos directivos de una proporción mayor de mujeres y cuadros jóvenes que serán el rostro vivo de nuestra propuesta incluyente.

Hemos conversado con muchos de esos cuadros entusiastas y con experiencia suficiente que tienen un claro compromiso con la propuesta renovadora del partido y con la transformación nacional que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto, por lo que próximamente habrá resultados de ese rápido proceso de intercambio y consulta interna.

Partiendo de esa exigencia de actuar con agilidad en el proceso de renovación, hemos dicho que es indispensable entreverar generaciones, pues así lo dicta la experiencia del PRI en su larga vida institucional. De ahí que, junto con los jóvenes y las mujeres que habrán de incorporarse a tareas de dirección, habrá que aprovechar la capacidad de interlocución política y el conocimiento en tareas de partido de cuadros maduros.

En breve plantearemos al Consejo Político Nacional la creación de una Secretaría de Acción Política que tendría la responsabilidad de operar con los delegados estatales y regionales, aprovechando el conocimiento y la interlocución con gobiernos y actores locales que tienen los cuadros experimentados. Sería un gozne que facilitaría la tarea de renovación y apuntalaría el trabajo político que realizan la Secretaría General y la de Organización, así como también la labor específica de Acción Electoral.

De esa manera, nuestro trabajo partidista inmediato tendría como ejes el arribo de caras nuevas a puestos de dirección —mujeres y jóvenes básicamente—, una secretaría de nueva creación con tareas estratégicas de operación política a nivel nacional para la renovación partidista y el reforzamiento electoral, y la apertura de espacios sin obstáculos para la participación ciudadana.

Es el inicio del camino hacia una estructura partidista moderna, compacta y funcional que afiance el trabajo político “en tierra”, en las comunidades urbanas y rurales y en los centros escolares y de trabajo, al mismo tiempo que adopta formas de comunicación digital y de mercadotecnia política que permitan incluir la diversidad de causas ciudadanas. Es el partido que nos convocó a construir el presidente Enrique Peña Nieto, conforme a su propuesta transformadora para poner a México en el siglo XXI.

Presidente nacional del PRI

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