El pasado 20 de septiembre comenzó la 71a Asamblea General de la ONU (AGONU), en su sede de Nueva York, la reunión multilateral más importante del año para dialogar y buscar acuerdos sobre los temas y problemas más apremiantes de la política internacional.

En esta ocasión, la Asamblea tuvo como tema general los “Objetivos de Desarrollo Sostenible: un impulso universal para transformar nuestro mundo”. Su objetivo particular es discutir y acordar las directrices para implementar cuanto antes la Agenda 2030, adoptada en septiembre del año pasado.

Paralelamente a la Asamblea, el 19 de septiembre se realizó en el mismo marco, la Reunión de Alto Nivel para Atender los Grandes Movimientos de Refugiados y Migrantes, la cual estuvo marcada por el panorama sobre la crisis de los refugiados derivada de los conflictos bélicos en Siria y otros países de África y Medio Oriente.

Las cifras actuales en la materia son por demás preocupantes. De acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en lo que va del año, el número de refugiados y migrantes que llegan del Mediterráneo a Grecia e Italia asciende a más de 300 mil.

Si bien ésta es una cifra inferior a la del año anterior, que en el mismo lapso fue de 520 mil, aún sigue siendo superior a la de todo el año 2014, con 216 mil 64. Además, se prevé que este año sea más mortífero respecto del anterior, ya que el número de muertos y desaparecidos sólo se redujo 15% en comparación con el 2015.

En este contexto, la 71a edición de la AGONU representaba un escenario ideal para llegar a acuerdos concretos sobre esta problemática. Ese día se adoptó por consenso la Declaración de Nueva York sobre refugiados y migrantes; sin embargo, aunque los líderes del mundo se han comprometido a reforzar su protección y el apoyo a los países afectados, no se logró que el acuerdo fuera vinculante, por lo que el éxito del documento dependerá de la medida en que puedan cumplirse esas promesas.

Diversas organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos como Human Rights Watch y Oxfam International, han manifestado su inconformidad por el resultado.

En este tipo de crisis la cooperación internacional es fundamental para poder encontrar una solución conjunta, lo más importante es concretar acuerdos políticos sólidos y, preferentemente, vinculantes, es decir, que sean reconocidos por los Estados como una obligación legal, no sólo moral.

México, como un país de origen, tránsito, destino y retorno de personas; tuvo una digna participación en la reunión, haciendo un llamado a la cooperación y diálogo global, en cuyo centro se encuentren los derechos, bienestar y la dignidad de los migrantes.

En su participación, el presidente Enrique peña Nieto hizo un reconocimiento a las aportaciones que los migrantes en todo el mundo realizan en los ámbitos cultural, económico, político y tecnológico de los países en los que se establecen. Asimismo, anunció como propuesta siete principios rectores para las negociaciones en la materia, entre los que figuran la cooperación internacional, los derechos humanos y la gobernanza de la migración como punta de lanza para abordar el problema.

En el actual contexto regional y global, en el que la intolerancia y los discursos xenófobos contra los migrantes de toda nacionalidad están tomando tintes preocupantes, México debe fungir como un agente facilitador de las negociaciones en materia de migrantes y refugiados, así como constructor de puentes de entendimiento que coadyuven a respetar y salvaguardar los derechos humanos de todos.

Senadora de la República, presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables

@LiliaMerodio

lilia.merodio@senado.gob.mx

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