Trump está lleno de odios, menosprecia a casi todos los seres que habitamos el planeta; pero sus misiles han estado enfocados particularmente hacia las mujeres y sus derechos. Por eso no es casual que, al día siguiente de su toma de posesión, muchos miles de mujeres tomaran las calles en Estados Unidos y en otras ciudades del mundo. El reporte fue de 408 marchas en ese país y 168 en otros 81 países. La mayor participación se dio en Washington, donde se estima que se reunieron más de medio millón de personas.

Desde la campaña fueron muchas las ofensas a las mujeres. Después del primer debate, todavía dentro de la contienda republicana, ofendió por su vía preferida, el Twitter, a Megyn Kelly que había sido la moderadora del debate. En relación a las ofensas a Hillary, lo que más irritó fue que la llamara “nasty woman”. Fueron también motivo de reprobación las afirmaciones contenidas en una grabación donde decía que el poder le permitía abusar de las mujeres. Con su incontinencia verbal, ha llegado a afectar incluso a su hija Ivanka.

Rebasa este espacio lo que podríamos decir en su relación con Melania. Baste recordar que en las marchas apareció el Free Melania y Wake up Melania como un atento llamado a la primera dama.

Cuando comenzó, con impostura de Rey Sol a dictar sus primeras órdenes ejecutivas, afectó derechos de las mujeres y de los migrantes y fueron mujeres, principalmente, las que tomaron sus laptops y comenzaron a redactar, en el piso del aeropuerto de Nueva York, los habeas corpus que se necesitaban para defender a quienes pretendían entrar al territorio estadounidense y veían coartado su derecho por las recientes disposiciones presidenciales.

La senadora demócrata Elizabeth Warren ha salido en defensa de los derechos de las mujeres, migrantes, personas LGBTI y del medio ambiente como oradora en debates en donde se han discutido las propuestas de Trump.

La juez de Distrito Ann Donnelly, designada por Obama, fue la primera juzgadora en resolver una solicitud de habeas corpus presentada por la America Civil Liberties. Su resolución tuvo efectos generales para garantizar la permanencia temporal de las y los migrantes de los siete países mayoritariamente musulmanes con restricción de entrada a EU. Así evitó la deportación de los afectados.

La juez de Distrito Leonie Brinkema, designada por el presidente Clinton, emitió un segundo fallo por el que bloqueó la deportación de las personas que tuvieran una green card y que habían sido detenidas en el aeropuerto internacional de Dulles. En su fallo, también ordenó que las y los migrantes tuvieran acceso a la asistencia de abogados.

La ex fiscal general en funciones Sally Q. Yates envió una carta a los fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos en la que instruyó que no se defendiera en tribunales la orden ejecutiva que instruía a prohibir la entrada a personas de 7 países. El argumento fue que como fiscal general tenía la obligación de defender la Constitución de EU y que la orden en cuestión vulneraba los derechos reconocidos por el Estado. Esta posición dio pie a su remoción inmediata.

Tamika Mallory, Linda Sarsour, Bob Bland, y Carmen Pérez son las cuatro organizadoras de las protestas que buscaron transformar la marcha en un movimiento para articular la presión al Congreso y al Ejecutivo, que aunque por el momento ponga oídos sordos, más adelante tendrá que entrar al aro de las instituciones.

El desprecio de Trump por las mujeres, desde su posición de poder, será paradójicamente una de sus mayores debilidades. Se ha topado con mujeres valientes, decididas y muy comprometidas que estarán ahí recordándole, por todas las vías, que la dignidad no es un objeto al alcance de tiranos.

Directora de Derechos Humanos de la SCJN

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