El 2017 ha iniciado en medio de un gran descontento ciudadano. El aumento a las gasolinas se ha venido a agregar al ya de por sí ambiente pesimista que se vivía desde finales del año pasado. Las protestas están a la orden del día. Algunas de las protestas que son a todas luces legítimas, están siendo aprovechadas por quienes cometen actos delictivos que son absolutamente reprobables y que deben de ser castigados con todo el rigor de la ley. En medio de la confusión y el desorden, se han suscitado un gran número de hechos violentos, amparados en el descontento ciudadano. Grupos delincuenciales se aprovechan de la situación para cometer delitos. Y por si fuera poco, pareciera que el gobierno es insensible a todo lo que está pasando.

¿Qué deben hacer los ciudadanos que ven cómo sus demandas o sus inconformidades no encuentran respuesta de la autoridad? Me atrevo a sugerir que los ciudadanos tienen en sus manos una herramienta muy poderosa: su voto. En junio de 2017, habrá elecciones en varias entidades de la República. Estado de México, Coahuila y Nayarit, eligen gobernador; Veracruz renovará todas las alcaldías. Y el primer domingo de julio de 2018, vamos a votar para elegir Presidente de la República, 500 diputados federales, 128 senadores y un gran número de gobernadores, diputados locales y alcaldes. Será sin duda, un día decisivo para todos los mexicanos. Es la oportunidad que tenemos todos de votar, seleccionar y en su caso, ratificar o rechazar a los gobernantes o representantes populares, con actitud democrática y compromiso con México.

En los últimos años México ha registrado enormes transformaciones exigidas por la ciudadanía, cambios necesarios y útiles para mejorar nuestra democracia. Estas transformaciones, que en el viejo régimen eran casi impensables, se han dado no por voluntad exclusiva de uno o varios partidos políticos, sino por la voluntad de una sociedad que está empeñada en construir un país mejor. En tiempos difíciles como los que estamos viviendo, es indispensable ser responsables con la democracia que nos hemos construido y eso se logra si la ciudadanía mantiene una posición firme para evitar retrocesos.

Con la revolución de las tecnologías en materia de comunicación y de información, la sociedad se ha vuelto más crítica respecto de los partidos políticos, de los gobernantes y de las políticas públicas. Los actos de autoridad, como el aumento a la gasolina, provocan un gran revuelo social. Hoy las mexicanas y los mexicanos cuentan como nunca antes con mucho más información para decidir su voto. También ha contribuido a ello la amplitud del acceso a la información gubernamental que se ha dado gracias a las leyes de transparencia, federal y locales. Los espacios para simular realidades, fallas o trayectorias, se han reducido considerablemente. La esencia de la democracia es que el ciudadano de a pie sea el que decida, con el voto, qué gobierno quiere y heredará. Por eso, con plena libertad, debemos elegir a quienes nos gobernarán o nos representarán, así nuestra democracia se fortalece y construimos un mejor futuro para nosotros y para nuestros hijos.

Todo mundo tiene derecho a manifestarse, a inconformarse, a protestar en contra de un acto de autoridad como es el aumento a la gasolina, pero nadie tiene derecho de, aprovechando la confusión, cometer actos delictivos. Ha costado muchos años, muchos esfuerzos, mucho trabajo, muchas vidas, construir un entramado legal que nos permita tener elecciones confiables y transparentes, es un camino que no tiene retrocesos. No podemos destruir todo lo logrado. Digamos un no rotundo a la violencia. La respuesta está en las urnas.

Abogado. @jglezmorfin

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