Al buen amigo Rafael Tovar.
Un abrazo a Rodolfo Echeverría.

A raíz del triunfo de Donald Trump, oímos el exhorto de políticos y líderes de opinión a unirnos para enfrentar con firmeza lo que podría ser una pesadilla los próximos años. Suena bien. La pregunta clave es si podríamos lograrlo. ¿Por qué no? Pues porque prácticamente nunca lo hemos conseguido frente a diversos embates y desafíos provenientes del exterior. En momentos de acecho o amenaza externa nos han dividido los intereses particulares y las ideologías, con saldo negativo al interés nacional. Revisemos un poco la historia (ahora que quieren acabar con ella a través de la Ley de Archivos que se discute en el Senado).

Comencemos con la Independencia. Muchos oriundos se sentían ofendidos frente a los hispanos que habían conquistado el país hacía 300 años. Los vieron como una imposición y explotación foránea e ilegítima. Es el nacionalismo criollo que motivó la separación de la Metrópoli. ¿Se unieron los entonces aún novohispanos? No. El 90 % de los realistas eran nacidos aquí, no españoles. Los novohispanos estaban divididos entre quienes deseaban un cambio profundo del orden social (insurgentes) y quienes buscaban su preservación (realistas) más allá de la separación de España. Tras diez años de sangrienta autodestrucción, hubo un momento de unidad mexicana simbolizado por el “abrazo de Acatempan”. Pero fue porque los realistas vieron en la Independencia la mejor forma de preservar el orden vigente. Por lo cual, apenas lograda la Independencia, resurgió la confrontación (liberales contra conservadores). Anarquía, revueltas y cuartelazos.

Vino poco después otro momento de unidad, cuando el brigadier español Isidro Barradas intentó reconquistar México en 1829. Santa Anna,  cercano al lugar de desembarco (en Tampico) logró en poco tiempo neutralizar la expedición, derrotarla y expulsarla. Un gran triunfo que consolidó la Independencia (pero que fue borrado de la historia y calendario oficiales). Por suerte, esa gesta tomó poco tiempo, pues de haberse prolongado quizá nos hubiéramos desunido una vez más (como lo demostró el golpe contra Vicente Guerrero y su asesinato, poco después). En la “Guerra de los pasteles”, hubimos de pagar más de lo que debíamos a los franceses por divisiones y falta de coordinación. Y en Texas hubo varios mexicanos que optaron por su independencia (como Lorenzo de Zavala) viendo en ello una oportunidad para vivir en una democracia real (que no pensaban posible en México). En 1847, los Estados Unidos nos encontraron fuertemente divididos y triunfaron con relativa facilidad. Muchos jefes y gobernadores mexicanos (Juárez incluido) no colaboraron a la defensa con sus fuerzas por ser Santa Anna el presidente. La Iglesia organizó una rebelión interna (los Polkos) en plena ocupación. Prevalecieron rivalidades y envidias entre los generales. El cónsul norteamericano John Black, escribió a su gobierno: “¿Qué pueden pensar las naciones extranjeras de esta gente, que bajo ninguna circunstancia deja de entregarse a luchas civiles para aniquilarse mutuamente, no obstante que más de la mitad de su país se encuentra ocupado por fuerzas extranjeras?”.

La invasión de los franceses en 1862 fue propiciada por mexicanos que trajeron a Maximiliano. De nuevo nos confrontamos  (republicanos contra imperialistas). Y más tarde,  tras el triunfo de la revolución maderista,  Huerta y otros conjuraron con el embajador norteamericano Henry Lane Wilson para derrocar y asesinar a Madero. Y al ocupar los norteamericanos Veracruz en 1914, Huerta convocó a los ciudadanos a reclutarse para hacer frente al invasor, pero esas tropas fueron llevadas a combatir… a los carrancistas. Ahora, en situación distinta pero sin duda riesgosa, ya estamos divididos entre quienes desean confrontación y quienes buscan prudencia. Quienes quieren defender el actual modelo y otros que quieren un cambio radical. Muchos defienden el libre comercio en tanto que otros los denuestan (para no hablar de muchos otros temas). Y tenemos en puerta una elección presidencial que se antoja divisiva. ¿Podremos unirnos ante el Tsunami Trump? Ojalá, pero no se ve sencillo.

Profesor del CIDE.

@JACrespo1

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