El tema, anunciado con grandes titulares en El País este fin de semana, no ofrecía nada nuevo: la creciente desigualdad en México entre ricos y pobres. Un tema que ya en 2011 lo había señalado Joseph Stiglitz con relación a la crisis económica de Estados Unidos. El Nobel de economía, en un artículo de Vanity Fair, advirtió que la clase privilegiada se quedaba con el 20% del ingreso y controlaba más del 40% de la riqueza nacional.

Oxfam, la ONG que lucha contra la pobreza, terminó una investigación sobre México conducida por el prestigioso economista mexicano, Gerardo Esquivel, que reveló cifras igualmente preocupantes. Esquivel sostiene que mientras el 46.5 % de la población vive en situación de pobreza, un 1% de los mexicanos acapara el 21% de la riqueza nacional. Lo atribuye a las políticas fiscales de los últimos 20 años, con gobiernos que han beneficiado a las mayores fortunas.

Entre 2007 y 2012 los millonarios mexicanos crecieron un 32%, concentrando su fortuna “en manos de 16 personas, favorecidas por negocios privados regulados por la administración, o por concesiones otorgadas por el gobierno”. El estudio de Esquivel termina con una frase lapidaria: “estas élites han capturado al Estado mexicano”. Pero no lo han sustituido en la prestación de los servicios a los que está obligado el gobierno.

Entre los 16 mexicanos favorecidos en esta “disputa por la nación”, (tomo la antigua frase de Carlos Tello y Rolando Cordera) aparecen inevitablemente los sospechosos de siempre: Carlos Slim, Larrea, Ricardo Salinas y los demás…

Eso es lo que anunciaba el ensayo de Stiglitz en Vanity Fair en mayo de 2011 sobre la economía americana: “Del 1%, por el 1%, para el 1%”. Parecía que parafraseaba a Lincoln sobre su definición de democracia. Sólo que el uno por ciento de Stiglitz no se refería al pueblo. Hacía alusión a la clase privilegiada, que se quedaba con el 20% del ingreso, mientras controlaba más del 40% de la riqueza nacional.

Los 16 mexicanos mencionados en el preocupante estudio de Gerardo Esquivel deberían leer el artículo de Stiglitz de 2011, en el que explica las consecuencias de las economías donde el Estado no invierte en las prioridades nacionales.

Los 16 mexicanos del estudio de Esquivel no tienen problema, pueden pagar sus propios médicos y hospitales, enviar a sus hijos a las mejores universidades de México y del extranjero, y pagar un ejército de guardaespaldas para su seguridad. El problema es que pierden empatía con el resto y dejan en cierto modo de ser mexicanos. La desigualdad influye en todos los órdenes. Las carreras escogidas por los jóvenes americanos en la última década han sido finanzas y negocios, haciendo a un lado las carreras técnicas.

Stiglitz advierte que la clase privilegiada (el 1%), con todos sus privilegios, eventualmente se dará cuenta que su destino está íntimamente ligado a la suerte del otro 99%...

Analista político.
http://jorgecamil.com

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