El pasado 5 de octubre, en la ciudad de Atlanta, los ministros de comercio de Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam, anunciamos la conclusión de las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés). El final de estas negociaciones, a las que México se incorporó en diciembre de 2012, representa la culminación de un proceso que establecerá el acuerdo comercial plurilateral más ambicioso que se haya negociado en la historia.

La negociación del TPP ha sido una de las más complejas en las que ha participado México. Primero, porque agrupa a un gran número de participantes, de tres continentes diferentes (América, Asia y Oceanía); y segundo, porque se incluyeron nuevas disciplinas que no están presentes en ningún acuerdo regional de libre comercio, como cooperación regulatoria, comercio electrónico, disciplinas para regular a las empresas del estado y fomento a las cadenas globales de valor.

En el escenario internacional actual, en donde la recuperación económica continúa frágil, el TPP puede contribuir a su reactivación, gracias al peso que tiene en el comercio. Los 12 miembros del TPP representan un cuarto (25%) del comercio global, más de un tercio del PIB global (36%) y captan más de una cuarta parte (28%) de la Inversión Extranjera Directa a nivel mundial. Para México los 11 países que también forman parte del TPP representan casi tres cuartas partes (72%) de su comercio exterior, y son el origen de más de la mitad (55%) de la inversión recibida por el país desde 1999 hasta junio de 2015.

Por ello, la incorporación de México a esta negociación era estratégica. La configuración del TPP, que incluye a economías de toda la cuenca del Pacífico, nos brinda una oportunidad única para con un solo instrumento, fortalecer la integración productiva con nuestros socios del TLCAN, consolidar preferencias comerciales con la Alianza del Pacífico, profundizar el acceso al mercado japonés y abrir nuevas oportunidades en seis economías de Asia-Pacífico, región en donde las exportaciones mexicanas crecieron en promedio 62%, en los últimos cinco años.

De esta manera, el TPP permitirá incrementar el comercio con el exterior, ampliar la protección de los productos emblemáticos mexicanos que cuentan con denominación de origen e incrementar las alternativas de mercado y proveeduría de las Pymes quienes, por cierto, son las grandes ganadoras de este acuerdo; ya que es el primero que incluye un capítulo con medidas para facilitar su integración a las cadenas globales de valor.

Mucho se ha dicho sobre el TPP; incluso, que se negoció en secrecía. No hay nada más alejado de la realidad. Desde la entrada formal de México a este proceso, presentamos al Senado 12 informes periódicos; sostuvimos mil 187 reuniones de consulta con diversos sectores productivos y publicamos en el sitio en internet de la Secretaría de Economía un resumen ejecutivo sobre las disposiciones negociadas. Además, los 12 socios acordamos hacer públicos los textos del acuerdo en los próximos 30 días.

Hace 20 años hicimos historia con el TLCAN. Con el TPP, nuevamente hacemos historia y nos ponemos a la vanguardia del comercio internacional. Así, consolidamos un pilar estratégico de la política comercial del presidente Enrique Peña Nieto, demostrando que México está comprometido a ser un jugador relevante en el contexto global.

Secretario de Economía

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