El Banco Mundial (BM) publicó hace días el informe Perspectivas económicas mundiales que incluye un capítulo sobre el debilitamiento en años recientes de la inversión en las economías emergentes y en desarrollo. El escenario que se está configurando en la economía de Estados Unidos puede complicar aún más el comportamiento de los mercados de capital para un grupo importante de países de economías emergentes, como es el caso de México. En ese contexto el BM revisó a la baja la perspectiva de crecimiento de la economía de México para 2017, con relación a la proyección previa realizada en julio de 2016. La diferencia es notable, un punto porcentual menos, situándose la estimación en 1.8%. Según el BM se prevé disminución de la inversión en México derivada de lo que denomina la incertidumbre política en Estados Unidos.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la actualización a enero de 2017 de su informe Perspectivas de la economía mundial, publicado en octubre de 2016, también revisa a la baja las estimaciones de crecimiento de la economía de México. Según el FMI, la economía del país crecerá 1.7% en 2017, una disminución de 0.6% con relación a la estimación realizada en octubre del año pasado. Las proyecciones realizadas hasta el momento pueden variar en el futuro inmediato, fortaleciéndose un escenario de mayores dificultades para algunos países en desarrollo. Para el FMI también es un tema destacado la incertidumbre que rodea la orientación de las políticas del gobierno actual en Estados Unidos y sus impactos internacionales.

A la fecha se observa una notable salida de recursos financieros colocados en deuda interna en algunas economías emergentes por parte de no residentes, después del resultado de las elecciones en Estados Unidos. Además, el peso mexicano, junto con la lira turca son las dos monedas de mercados emergentes que más se han depreciado en meses recientes. En el futuro, la política económica que ejecute el gobierno de Estados Unidos que incluye medidas para mantener inversiones en su territorio, modificando el sistema impositivo, utilizando recursos públicos y reduciendo o eliminando reglas que atienden la preservación del medio ambiente influirá en el fortalecimiento del dólar, incluso frente a otras monedas de países desarrollados. Si se agregan incrementos en las tasas de interés de referencia que fija la Reserva Federal, la salida de recursos financieros colocados en el país será mayor. Es un escenario en que la depreciación del peso puede ser mayor e igualmente la disminución en la inversión.

En tanto se mantenga la misma política económica por parte de México, lo posible serán nuevos ajustes al gasto público, incrementos en las tasas de interés, encarecimiento de la deuda pública interna y en su momento un menor crecimiento de la economía.

Los hechos en curso no se producen en meses recientes. Son el resultado de la política económica practicada desde hace más de 20 años. Son también producto de las reformas estructurales, incluida la reciente reforma energética. Dan cuenta de una carencia de capacidad para impulsar el crecimiento de la economía considerando el desempeño del mercado interno y amplias relaciones con la economía mundial. En particular revelan que no se tiene capacidad para definir el curso de la inversión y poder manejar los mercados de capital sin la presencia de recursos financieros colocados en el país sin un efecto en las actividades productivas. Es una situación límite que obliga a considerar otras opciones para mantener la viabilidad económica de
la nación.

La incertidumbre no se encuentra presente en lo que está ejecutando el gobierno de Estados Unidos. A la fecha los mercados de valores en ese país están al alza. La incertidumbre mayor es producto del hacer del gobierno de México y las élites que lo acompañan e incluso de aquello que se ha dejado de hacer.

Departamento de Economía Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa
vidal.gregorio@gmail.com

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