Tras el histórico resultado obtenido por la ultraderecha en Francia encabezada por Marine Le Pen y el Frente Nacional en la primera vuelta, al alcanzar 7.5 millones de votos (21% de la votación), este partido hace gala del crecimiento que tuvo tan sólo en seis años, pues en su última elección presidencial en 2012, su votación estuvo en 6.4 millones (17.9%).

Quizá por ello, en un giro sorpresivo, Le Pen flexibiliza su discurso y cambia su estrategia de campaña rumbo al cierre de la elección: adelanta que todos los niños extranjeros serán escolarizados, contrariamente a lo que venía sosteniendo; la salida de la Unión Europa ya no será prioridad, y pasar del euro al franco será un tema a revisión. Promete incluso incrementar la asistencia económica que reciben los adultos discapacitados, y reconocer el voto en blanco, esta última propuesta de su más reciente aliado: Dupont-Aignan, hasta hace unos días su detractor y reivindicado gaullista.

Dupont, quien ocupara el sexto sitio con casi el 5% de los votos en la primera vuelta con el partido “Debout la France”, se ha aliado con Le Pen. A cambio, la candidata le ha prometido públicamente nombrarlo primer ministro de llegar a la presidencia, lo que ha generado malestar en la derecha francesa, a pesar del llamado de Le Pen a formar “un gobierno de unión nacional que reúna personalidades elegidas por sus competencias y por su amor a la Francia”, según Le Monde.

Al presentar su polémica alianza Le Pen-Dupont, destacaron su propuesta común de poner impuestos en todas las importaciones, sin que ello implique necesariamente el tránsito del euro al franco. Quizá el tono más suave del Frente Nacional obedezca a la recién declaración del Senado, que fue enfático en señalar que un Estado miembro no puede jurídicamente salir de la zona euro, sin retirarse de la Unión, pues “el espíritu del Tratado de Masstricht implicaba, precisamente, la adopción de una moneda única”.

“Retornar a la moneda nacional y decir adiós al euro”, la llamada estrategia del miedo de Le Pen, parece haber quedado en el pasado por su connotación negativa entre los votantes y especialistas económicos, quienes avecinaban una Francia en crisis, de consolidarse dicho proyecto.

Macron, a pesar de contar con apoyo internacional público como el de la canciller alemana Angela Merkel, sigue recibiendo todos los embates de sus adversarios por ser el puntero. De acuerdo a Le Monde, si bien es cierto que Macron ha tenido una enorme presencia en los medios de comunicación, ello también le ha hecho el mayor blanco de las campañas negativas, que difunden múltiples rumores de su vida pública y personal. Las acusaciones van desde aquellas que afirman que tiene una cuenta bancaria escondida, que le es infiel a su esposa, y que incluso su campaña está financiada por la Arabia Saudita.

Los electores del candidato socialista Mélenchon, quien ocupó la cuarta posición en primera vuelta, con casi el 20% de los votos, se mantienen aún inciertos. Sólo 40% de éstos ha hecho público su apoyo a Macron, y 18% no ha dudado en señalar que votarían por Le Pen. Caso inédito porque la tradición francesa es que el voto de la extrema izquierda acompañe a los más afines con dicha ideología, como sería el caso de Macron.

Si a ello sumamos la variable de la abstención, el panorama se complica aún más. Según sondeos ésta podría alcanzar el 30% de intención. De acuerdo a estudiosos de este fenómeno, son los jóvenes entre 18 y 25 años quienes votan menos en Francia. Para el académico francés Bruno Cautrés, este fenómeno obedece a que los partidos tradicionales de derecha e izquierda en Francia, perdieron su capacidad de innovar y reformar, de ahí que actualmente se haya reducido dramáticamente su número de simpatizantes.

Vale destacar que los especialistas señalan que la abstención tiende a favorecer a la ultraderecha, básicamente porque sus electores son más convencidos y menos volátiles que aquellos que se identifican con Macron. El físico y director de investigación de Science Po, Serge Galam, explica que la abstención puede diferenciarse, ya que los votantes de Mélenchon y Fillon, no necesariamente acudirán a apoyar a Macron, pues muchos de ellos tienen un sentimiento de aversión a este candidato.

El Instituto de Sondeo BVA, ha publicado que hace un par de días todavía Macron se encontraba a la cabeza con 65% de las intenciones de voto, contra 35% de Le Pen. Sin embargo, este mismo instituto publicó recién que Macron bajó al 59% de las preferencias contra 41% de Le Pen en esta misma semana. Sin embargo, de llegar Le Pen a 44% de intención del voto por Le Pen, se podría entrar a una zona de triunfo probable, de acuerdo a los modelos matemáticos de Serge Galam, conocido también por predecir el triunfo de Trump.

Francia se moviliza con manifestaciones para evitar que lo que hoy es una candidatura, se vuelva su realidad. Los estadounidenses lo veían improbable y sucedió. Si hay momento para tomar lecciones de la historia, sin duda este es uno de ellos. Esperemos que el país galo se mantenga como cuna de las libertades, y no se sume a aquellos que, enarbolando criterios económicos, buscan aniquilarlas. Aún es tiempo.

Analista

@Biarritz3

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