“La cultura es lo que hacemos cuando nadie nos observa”. Esta frase, que escuché de Raúl Argüelles, debe ser reflexionada por todos.

En especial, por los servidores públicos de vocación, porque si piensan bien, obran bien y hablan bien, ninguna consecuencia tendría ser grabados o filmados en sus acciones privadas.

Pero hoy por hoy, la única defensa de nuestras autoridades, ante sus “osos”, errores o ilegalidades, realizadas cuando piensan que nadie los ve o escucha, es que se obtuvieron a través de grabaciones o videos clandestinos.

Los funcionarios y candidatos, creen que la ciudadanía es estúpida y que pueden engañar a todos, todo el tiempo, teniendo una moral, una ideología y una cultura en su vida privada y otra en la pública. El típico político sonriente que carga un bebé y lo besa en campaña, pero que patea a su perro y violenta a su familia en privado.

Pues: ¡Mala noticia! Ya no hay vida privada en el mundo. Recordemos a los policías de EU captados asesinando ciudadanos.

En México, los casos de Carlos Ahumada, el gobernador Marín, las fiestas de legisladores panistas, el helicóptero de Korenfeld, la oferta de vacaciones de Mena, fueron los primeros chispazos de lo que depara el futuro, por eso el caso de Lorenzo Córdova, no será el último.

Nunca entendí y en este espacio lo dejé muy claro, por qué los partidos modificaron una de las instituciones más sólidas que construimos para mejorar la democracia: el IFE, transformado caprichosamente en INE.

Una de las cualidades reconocidas del IFE, es que fue la primera institución ciudadana de nuestra democracia y que fue presidida por personajes ejemplares como José Woldenberg.

Lo que fue un IFE ciudadano, 100% ciudadano, después de la reforma electoral de Ernesto Zedillo, se vino transformando en una institución cuyos consejeros más que buscar fortalecer la vida democrática, parece que deciden, cumpliendo, cada quien, con la cuota partidista de su procedencia.

Hoy la misma cabeza del INE es sorprendida haciendo expresiones racistas, inconcebibles en una autoridad de ese nivel y de esa plural e incluyente institución.

En mal momento pillan esa conversación. Aunque se alega que la grabación es ilegal, el escándalo es real.

A nadie escapa la intención de quienes exhiben dicha grabación, justo a dos semanas de las elecciones federales y cuando se discuten sanciones al Partido Verde; pero la vil intención de los espías no exonera lo dicho por Córdova. Tan reprobables unos, como el otro.

Aprendamos de esto. Estamos en la era Big Brother global; ya no está reservado el espionaje a la lucha entre políticos; la sociedad ha aprendido a defenderse divulgando en redes sociales los abusos de autoridades y hay cámaras vigilando los espacios públicos.

Las nuevas tecnologías han provocado que entremos a una nueva era. La era de la verdad y de la exigencia de congruencia entre lo público y lo privado.

Así como los creyentes actúan bajo la mirada de Dios, todos debemos aprender a actuar ante esta nueva mirada colectiva.

Presidente ejecutivo de Fundación Azteca.
@EMoctezumaB
emoctezuma@tvazteca.com.mx

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