Entró en el debate electoral en EU sin proponérselo. El Papa abordó el tema de la migración en Ciudad Juárez el último día de su visita a México; habló de la crisis migratoria en el mundo y se refirió a la crisis humanitaria por la que atraviesan no sólo centroamericanos y mexicanos, sino otras regiones del mundo: tragedia humanitaria que alcanza hoy a millones de seres humanos. Habló desde Ciudad Juárez, se congregaron católicos en un estadio de El Paso, fue escuchado por mexicanos y estadounidenses a quienes separa apenas una línea divisoria. La misa y el encuentro entre 40 obispos mexicanos y 30 estadounidenses, la frontera donde se paró el Papa a reflexionar y bendecir, ahí entre las dos ciudades hermanas: Ciudad Juárez y El Paso, una de las más violentas en México y la de mayor seguridad en Estados Unidos. Colocó las tragedias humanas de la migración en esa frontera en el centro de sus mensajes.

Sin pretenderlo, el Papa encendió el enojo del siempre irascible precandidato republicano, cuando respondiendo a una pregunta de los reporteros en el avión que lo llevaba de regreso al Vaticano, afirmó que “una persona que sólo piensa en la construcción de muros, dondequiera que se encuentre, y no en la construcción de puentes, no es cristiano”. Francisco no se refirió a Trump, pero tocó el centro de su política de odio hacia los migrantes y en particular hacia los mexicanos.

Donald Trump reaccionó iracundo, porque ha hecho de su rechazo a “los otros”, principalmente si son mexicanos, el centro de su política: construirá, si llega a la presidencia, cientos de kilómetros de muros fronterizos (según él que pagaría México), así como que ejecutará la expulsión inmediata de 11 millones de indocumentados, a quienes llama ladrones, narcotraficantes, violadores, destructores de Estados Unidos. ¿Cómo se atrevía el Papa a criticar su fe cristiana? Precisamente tres días antes de la primaria en Carolina del Sur, donde busca el apoyo de los cristianos evangélicos. El magnate autoconvertido en político promueve el odio a los mexicanos, los latinos, a las otras minorías, las mujeres, los gays, los musulmanes, los chinos...

Y como suele hacerlo, Trump iracundo, despotricó, afirmó que Francisco no conoce ni comprende los problemas y el peligro que representa la frontera entre México y EU. Dijo que el Papa es una persona muy política. Con anterioridad se había referido a que el papa Francisco en su visita a México había actuado como un peón del Presidente. Pero, al día siguiente se contradijo, después de haber calificado como una desgracia que el líder católico hubiera cuestionado su fe; dijo “no me gusta pelear con el Papa… tengo mucho respeto por el Papa, es una gran personalidad”. Al ser interrogado durante una entrevista sobre si le gustaría entrevistarse con el Pontífice, afirmó: “lo haré cuando él quiera, será muy interesante”.

Luego afirmó que Bergoglio estaba desinformado, que sólo escuchó una parte de la historia, que pasó mucho tiempo con el gobierno… Finalmente reiteró su propuesta de construir un muro pagado por México. Así, sin quererlo, el Papa se metió en el debate electoral de EU.

La precandidata demócrata, Hillary Clinton, agradeció al Papa la visita a la frontera entre México y Estados Unidos. “Estoy agradecida por la visita del Papa a la frontera y su llamado a una reforma migratoria. Necesitamos mantener juntas a la familias, no separarlas”. 300 mil personas en Ciudad Juárez y 30 mil en El Paso escucharon el mensaje pastoral y la defensa de los derechos humanos y la dignidad de los migrantes.

Los principales periódicos de EU se refirieron a la presencia del Papa en la frontera. El New York Times señaló que “mientras los detractores de los inmigrantes lanzan sus ataques desde la comodidad de eventos políticos, el Pontífice pronunció su mensaje desde una ciudad que continúa enfrentando inseguridad. El Washington Post destacó en su portada la decisión del Papa de viajar hasta la frontera estadounidense-mexicana para poner de relieve la crisis humanitaria de la migración indocumentada. Los Ángeles Times señaló que aunque Francisco nunca cruzó la frontera, su presencia se sintió en la vecina ciudad fronteriza de El Paso, Texas, como en el resto de EU.

Y para rematar, el precandidato republicano afirmó que si el Estado Islámico atacara al Vaticano “el Papa habría deseado y rezado para que Donald Trump hubiera sido presidente de EU porque eso no hubiera sucedido bajo mi mandato, el Estado Islámico ya habría sido eliminado…” Después de tanto dislate, del magnate billonario construyó ese escenario ficticio en el que él sería el salvador.

Periodista y analista internacional

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