Enfrentamos tiempos de incertidumbre y cambio en el mundo. Nuestras convicciones, certezas, y el modelo en el que México sentó su desarrollo en las últimas décadas están siendo cuestionados.

Ya sea por una creciente inequidad en la distribución de la riqueza a nivel global o la sensación de pérdida de control sobre el destino de sus vidas por un número cada vez mayor de la población, es que ha comenzado un movimiento de aislamiento en el mundo. Irónicamente, por aquéllos que hace años propugnaron por una mayor apertura.

México cambió de rumbo hace más de tres décadas para hacer frente a una grave crisis económica, e incorporarse al creciente proceso de globalización que surgía en aquel entonces con el fin de dinamizar su desarrollo. Sin lugar a duda el país ha sido tremendamente exitoso en esta misión.

Gracias a la construcción de una sólida red de tratados comerciales, el desarrollo de infraestructura adecuada y la capacidad de las instituciones educativas del país para generar capital humano calificado, México transitó de una economía cerrada y dependiente de materias primas a una abierta y competitiva que lo colocó como el segundo receptor de inversión extranjera directa en Latinoamérica.

No obstante, es este modelo el que hoy en día está siendo cuestionado y muchos de nuestros sectores en los que somos competitivos están siendo amenazados. De ese tamaño es el reto que enfrentamos todos los mexicanos de esta generación.

Por ello es importante que tomemos conciencia, valoremos la profundidad de los retos, así como de los cambios que juntos tendremos que hacer para adaptarnos a esta nueva coyuntura.

En este sentido, el turismo constituye uno de los sectores con los que cuenta el país para hacer frente a esta coyuntura. Con una representación de 8.7% en el PIB nacional y con casi 9 millones de mexicanos que trabajan en alguna actividad relacionada con la industria turística, el sector se ha consolidado como uno de nuestros principales motores de crecimiento económico y se convirtió en la tercera fuente de divisas netas del país.

Además, el turismo significa empleo, oportunidades de negocio para las empresas grandes, pequeñas y medianas, la transformación y renovación de áreas urbanas y la conservación y la promoción del patrimonio natural y cultural de nuestro país.

El decidido apoyo al sector turístico por parte de la administración del presidente Peña Nieto desde el inicio de su gestión ha sido uno de los factores que han contribuido al buen desempeño del sector en los últimos años y que sientan las bases para que la industria continúe floreciendo.

Es en los momentos de adversidad, y sobre todo cuando viene del exterior, en que los mexicanos tenemos que actuar como uno mismo. La gran lección del siglo XIX es que ante nuestra propia división perdimos la mitad de nuestro territorio.

La meta es clara e inamovible: queremos hacer de México un país desarrollado en esta generación, es la estrategia la que debe adecuarse.

Secretario de Turismo

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