El turismo debe ser considerado no sólo como un motor de desarrollo económico, sino también como un medio eficaz de integración nacional, cohesión social y catalizador de paz.

La Organización Mundial del Turismo estima que en 2015 más de mil 184 millones de turistas internacionales viajaron por todo el mundo. En ese año, México rompió nuevamente su récord al recibir a 32.1 millones de éstos provenientes de los cinco continentes, lo cual trajo consigo no sólo una importante derrama económica, sino también la oportunidad de que el turista internacional apreciara y disfrutara de la diversidad histórica, cultural y gastronómica de nuestro país, de la hospitalidad y calidez de su gente, y de una experiencia única que ha propiciado que muchos de ellos regresen.

Asimismo, el año pasado fueron más de 220 millones de turistas nacionales los que viajaron por las playas, ciudades y diversas localidades en México. Gracias a ello, la actividad turística se ha convertido en una plataforma para conocer otro tipo de cosmovisiones y formas de vida, eliminar estereotipos y acercarnos a nuestras raíces. En suma, el turismo ha promovido la integración nacional y la cohesión social gracias al intercambio y aprendizaje de nuevas perspectivas y realidades con las comunidades locales, así como la valoración de la riqueza multicultural que representan nuestros pueblos originarios y los más de 120 millones de personas que integramos este país.

Además, el turismo ha resultado ser un eficiente catalizador para la paz. De acuerdo a un estudio reciente realizado por el Instituto para la Economía y la Paz, existe una correlación positiva entre la actividad turística y la seguridad. Los resultados mostraron que a mayor apertura y consolidación de un destino o país hacia el turismo, mayores serán los índices de seguridad y estabilidad en un entorno pacífico. La actividad turística también representa valores como la empatía, el respeto a la diversidad, la solidaridad y el deseo compartido de desarrollo y bienestar.

Un ejemplo de esto a nivel internacional es Colombia. Si bien el país sudamericano enfrentó una severa crisis de violencia e inseguridad durante los años 80 y 90, en la actualidad se ha convertido en un referente turístico gracias a la coordinación eficiente entre actores públicos, privados y sociales, lo cual se ha visto reflejado con cifras históricas en la llegada de turistas internacionales, nuevas inversiones y un aumento considerable en la calidad de vida de los habitantes de ciudades como Medellín, Cartagena y Bogotá.

En México, el potencial turístico de cada región ha permitido que el turismo se consolide como una forma de vida que crea empleos, atrae inversiones, genera comunidad y propicia el desarrollo sostenible y seguro de las localidades; ciudades como Cancún, Puerto Vallarta y San Miguel de Allende han demostrado ser un claro ejemplo.

Dada la importancia de fomentar el turismo nacional y una mayor movilidad de los mexicanos al interior del territorio, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto impulsó este año la creación del Movimiento Nacional “Viajemos todos por México”, el cual es implementado por la Sectur en conjunto con el sector privado y social, con el propósito de generar beneficios económicos y sociales que contribuyan a crear una conciencia turística y a promover un entorno solidario, sustentable y seguro en los destinos turísticos de nuestro país.

En suma, si el turismo es también un motor de integración nacional y catalizador de paz, habremos entonces de considerarlo bajo un enfoque dual de desarrollo, y que éste sea la vía para contribuir al crecimiento económico al tiempo que fortalezca la seguridad y la cohesión social en las diversas ciudades y destinos turísticos de nuestro país.

Secretario de Turismo.

@edelamadrid
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