Colaboración especial 

El martes concluyó el cuadragésimo quinto periodo ordinario de sesiones de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), con una efectiva participación de la delegación mexicana, encabezada por la subsecretaria para América Latina y el Caribe, Vanessa Rubio Márquez.

La Asamblea General fue clausurada por su presidente en turno, Lener Renauld, ministro de Asuntos Extranjeros y Cultos de la República de Haití, el 16 de junio en Washington, con dos mensajes: es necesaria una modernización del máximo foro político hemisférico y existe la voluntad política, tanto de los Estados Miembros como de la Secretaría General, por lograr este objetivo.

En esta Asamblea, la primera del recién electo secretario general, el uruguayo Luis Almagro, los representantes de los Estados Miembros decidimos privilegiar un diálogo franco y directo sobre el presente y futuro de la organización, una reflexión sobre la OEA que tenemos y, más importante aún, la OEA que queremos tener. Diálogo que giró en torno a la definición de prioridades respecto a los cuatro pilares consagrados en la Visión Estratégica (democracia, derechos humanos, desarrollo integral y seguridad multidimensional). En general, los países identificamos un reto principal sobre el cual debemos comenzar a trabajar de inmediato: la OEA tiene que ser más cercana a nuestras sociedades y atenta a sus necesidades más apremiantes.

Por su parte, el secretario general se comprometió a hacer una secretaría más ágil, incluyente, y sensible de la organización, lo que sumado al consenso expresado por los ministros de relaciones exteriores y jefes de las delegaciones presentes en esta Asamblea para implementar ahora la Visión Estratégica, significó un reconocimiento al peso y papel de México en la OEA. Cabe recordar que fue nuestro país quien presidió el grupo de trabajo que logró la aprobación por aclamación, de las resoluciones previas en Paraguay y Washington (2014) que contienen los objetivos principales y las líneas estratégicas que integran esa Visión Estratégica, a partir de las cuales los Estados Miembros queremos reformar a nuestra organización y adaptarla a las necesidades y retos hemisféricos del siglo XXI.

Durante su intervención, la subsecretaria Rubio destacó que el éxito en alinear los mandatos políticos con la Visión Estratégica y en modernizar la gestión administrativa, pasan por lograr la solidez financiera del organismo, para lo cual se requiere el compromiso político de los Estados, todo ello con el fin de fortalecer el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, una amplia cultura democrática y de respeto al Estado de derecho, mayor cooperación en el complejo tema de la seguridad multidimensional e impulsar el desarrollo para abatir la desigualdad social.

El fructífero diálogo político no significó que no haya habido resultados concretos, pues cuatro importantes documentos fueron aprobados: el Plan de Acción de la Carta Social de las Américas que surgió en Cochabamba, Bolivia, en 2012, la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, en adición a una resolución de apoyo a Argentina sobre las Malvinas y otra a Guatemala para la preservación del orden democrático-constitucional. Fueron además renovados cuatro de siete comisionados de la CIDH y cuatro de los siete jueces de la Corte Interamericana.

Ante este inmejorable momento, es ahora responsabilidad de la nueva administración y, principalmente, de los Estados de las Américas, llevar a buen término la modernización de la OEA y lograr que sirva para, como lo señala el secretario general, llevar cada vez más derechos a cada vez más personas, objetivos por los cuales México seguirá trabajando día a día.

Embajador permanente de México ante la OEA

Google News

Noticias según tus intereses