El daño económico que ha causado al país el problema del huachicoleo puede ser más grande del que se conoció en un principio. El robo de combustible por medio de tomas clandestinas en ductos de Petróleos Mexicanos es un problema más allá de la posterior venta en algunos puntos o en algunas gasolineras.

El sector del transporte de carga da a conocer ahora que la tercera parte de sus unidades se mueven con diesel robado, lo que equivale a 180 mil vehículos.

En la información que publica hoy EL UNIVERSAL, se da cuenta de que 550 mil unidades de carga y de pasaje son blanco de la delincuencia, pues las bandas criminales también ordeñan los tanques de combustible del transporte para forzarlos luego a comprar diesel robado. Tres de cada 10 camiones han adquirido combustible a grupos delictivos, reconoce el sector. Los huachicoleros han actuado, entonces, como lo que son: crimen organizado.

Cada unidad puede tener una capacidad de hasta 400 litros de combustible. Y es precisamente su capacidad, así como su carga, lo que los convierte en valioso blanco para el crimen. El robo de carga y de vehículos de ese sector aumentó 60% en el primer trimestre del año, principalmente en el corredor México-Puebla-Veracruz, en Tamaulipas y en Michoacán.

El problema de la ordeña de combustible lleva al menos una década y en su permanencia ha habido omisiones por parte de los tres niveles de gobierno. Luego del enfrentamiento entre soldados y presuntos huachicoleros hace dos meses, la extracción de combustible se mantiene en la que se supone debe ser el área más vigilada. Apenas el lunes se presentó un nuevo estallido en una toma clandestina en Palmar de Bravo, ubicado en la zona conocida como Triángulo Rojo, en el estado de Puebla. ¿Una nueva omisión?

Aunque el transporte bien habría hecho en denunciar el ilícito meses antes y no ahora cuando las corporaciones de seguridad han puesto los ojos en el combate a huachicoleros, se reconoce la actitud de modificar la situación, pero ¿cuántos sectores más estarán siendo abastecidos de manera clandestina sin atreverse a admitirlo?

En la solución del fenómeno se requieren más actitudes como la de transportistas para conocer la verdadera dimensión de la extracción ilegal del combustible, pero también el señalamiento claro de autoridades y empresarios que han contribuido a fomentar la ilegalidad. Poco se ha hablado de estos últimos.

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