La tecnología se ha vuelto como una extensión del ser humano, tanto que la sociedad pocas veces advierte lo que pasaría si un día no la tuviéramos. Se han presentado casos en México y en el mundo en los que el servicio telefónico o las aplicaciones de mensajería digital se caen por algunos minutos o unas horas, lo que se traduce en una completa incomunicación para muchos. Otra situación que podría significar una mayor afectación sería aquella en la cual los mecanismos informáticos de una aerolínea dejen de funcionar. Desde luego, aún puede haber un caso más grave. Imagine, por ejemplo, que se colapsa la seguridad del sistema financiero de un país. En México, lamentablemente, esta situación puede ocurrir en cualquier momento.

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el organismo encargado de supervisar a los bancos, casas de bolsa y toda aquella institución que maneje el dinero de los mexicanos, carece de las suficientes medidas de seguridad tecnológicas y físicas para proteger y garantizar la información de todo el sistema. Lo reconoce de manera clara en un análisis que presentó a la Secretaría de Hacienda y del cual da cuenta hoy EL UNIVERSAL.

El diagnóstico es preocupante: La CNBV no cuenta actualmente con un centro de cómputo que cumpla con los estándares mínimos requeridos por las mejores prácticas nacionales o internacionales, lo que pone en peligro la seguridad de la información. El riesgo, continúa la CNBV, de que se presente una interrupción en la operación diaria es alto. En conclusión, hay obsolescencia física y tecnológica en el centro de cómputo de la Comisión. La situación compromete el procesamiento de información no sólo de la CNBV, sino del sistema bancario.

¿Cuántas dependencias oficiales —con áreas sensibles para el desempeño cotidiano del país— estarán en las mismas condiciones de la Comisión? Es momento de que comiencen a analizar su situación o empiecen ya a adoptar las medidas necesarias de seguridad.

No sólo las oficinas gubernamentales deben estar atentas a sus centros de cómputo, las empresas privadas hacen grandes inversiones en tecnología, pero no en su actualización, mantenimiento o en tener un plan de emergencia con el cual actuar ante cualquier contingencia que pudiera presentarse.

La vida actual, en todos sus ámbitos, no se entiende sin la tecnología. En el sector gubernamental, que alberga datos de millones de personas y de áreas estratégicas para el funcionamiento del país, debe ser prioridad mantener altos estándares de seguridad. Se trata de una inversión necesaria. No se vale ignorarla.

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