El país se encuentra prácticamente a las puertas de un nuevo proceso para renovar la Presidencia de la República, pues en aproximadamente un año comenzará de manera formal la primera fase del relevo presidencial de 2018. En lo que va del siglo, ninguna de las sucesiones ha estado exenta de polémica y de acusaciones (desde Pemexgate, Amigos de Fox y resultados cerradísimos, hasta una cuestionada exposición mediática de candidatos); por esa razón se requiere que las instituciones principales que tendrán a su cargo las elecciones se encuentren consolidadas y ofrezcan garantías de confianza al electorado.

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación desempeñará una parte central en ese proceso. Ante eventuales acusaciones de irregularidades contra algún candidato o partido, de su resolución dependería el aval o el rechazo al resultado electoral. Tarea nada menor que a ninguno de los siete magistrados actuales de la Sala Superior le tocará decidir, ya que concluyen su gestión a principios de noviembre.

Uno de los retos mayores que enfrentarán los nuevos miembros del TEPJF después de que asuman sus cargos serán las presiones externas. Sin embargo, en entrevista con EL UNIVERSAL, el magistrado presidente del tribunal, Constancio Carrasco Daza, asegura que desde la designación se puede actuar para inocular a los magistrados entrantes ante esa posibilidad. Asegura que si los integrantes de las ternas cumplen con el perfil idóneo de neutralidad, equidad e independencia será garantía de que no se cederá a algún tipo de coerción. De ese tamaño es la importancia de la labor que realicen la Suprema Corte de Justicia, primero, y después el Senado.

El máximo tribunal tendrá que conformar siete ternas luego de haber estudiado los perfiles de 131 aspirantes; hará una selección de 42 de ellos, a los cuales llamará los próximos 22 y 23 de agosto para evaluar sus conocimientos y antes de que termine este mes deberá presentar las ternas a los senadores, quienes a finales de octubre deberán haber seleccionado a los magistrados que a partir del 4 de noviembre integrarán la Sala Superior del TEPJF.

Otro desafío que plantea el magistrado presidente, pero ya durante las campañas presidenciales, es el de contar con un voto informado de los electores. Considera que debe haber menos spots y más ideas, para conocer programas de gobiernos, políticas públicas o posicionamientos ante los temas ideológicos importantes que sirvan para exigir al candidato ganador que cumplan con su oferta.

De aquí a dos años la vida política nuevamente se verá agitada por un relevo presidencial, se vienen tareas importantes que es obligado prever y planear desde ahora. Quienes durante 10 años estuvieron en el tribunal electoral son referencia necesaria para plantear mejoras a un proceso que, por el bien del país, siempre será necesario estar corrigiendo cuando se requiera.

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