México lleva décadas inmerso en la lucha contra el narcotráfico; al menos en los últimos 30 años el tema no ha dejado de estar presente en las noticias nacionales. Decenas de capos han sido detenidos, otros han sido abatidos, unos más deportados y algunos se han dado a la fuga. Como cabeza de hidra, caen cabezas pero surgen más. La estrategia principal adoptada desde 2006 ha sido la de emplear la fuerza militar contra las bandas criminales. ¿Es la única opción?

El fiscal antimafia y antiterrorismo de Italia, Franco Roberti, dice en entrevista con EL UNIVERSAL que México debe crear una polícia especializada en finanzas y economía para atacar la estructura financiera de las organizaciones criminales y enfrentarlas con mejores resultados.

Aunque el planteamiento del fiscal italiano puede parecer poco novedoso (basta recordar la vieja frase “Sigue el dinero”) parece que no ha sido tomado en serio en México. Estamos acostumbrados a conocer de manera frecuente información del Departamento del Tesoro estadounidense en la cual se dan a conocer empresas mexicanas con presuntas ligas a bandas del narcotráfico. ¿Por qué ese tipo de datos no se dan a conocer desde aquí?

De manera detallada, Roberti explica que se pueden realizar tres acciones: desarrollar investigaciones más técnicas realizadas por escuchas telefónicas, indagar con agentes encubiertos para conocer el modus operandi de las organizaciones y confiscar los activos con fines de utilidad pública.

En México, la intercepción de comunicaciones de narcotraficantes está principalmente apoyada en el gobierno de Estados Unidos: en el reciente despliegue de elementos federales en el Triángulo Dorado (la región limítrofe entre Chihuahua, Durango y Sinaloa) para tratar de recapturar a Joaquín El Chapo Guzmán, este diario reportó que agencias de inteligencia estadounidenses intervinieron llamadas de cómplices del narcotraficante.

En materia de agentes encubiertos, hasta ahora no se conoce alguna investigación sobre el narcotráfico en la que hayan participado efectivos con esa característica; por el contrario, corporaciones policiacas y algunos gobiernos están infiltrados por criminales.

Respecto a la confiscación de activos criminales, todavía hasta el año pasado era común oír hablar de “extinción de dominio”, una figura legal instituida para afectar el patrimonio del crimen organizado, tomada de modelos usados en otros países. Ahora son pocos los casos conocidos.

En Italia la historia de combate al crimen organizado es más antigua que aquí. Los recientes golpes al crimen (por ejemplo el caso conocido como Mafia Capital) se han basado en investigaciones de sus finanzas. La autoridad mexicana no debe poner oídos sordos a las recomendaciones.

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