Uno de los temas que más preocupan actualmente en México es la depreciación que ha registrado nuestra divisa frente al dólar estadounidense. Dicha tendencia ha tomado por sorpresa a la mayoría de los analistas ante la divergencia de la divisa local respecto a sus fundamentales.

Debilidad del peso: tendencia global. Desde mayo de 2013, fecha en que Ben Bernanke habló por primera vez sobre el fin del programa de compra de bonos de la FED, el peso mexicano se ha debilitado frente al dólar en cerca de 30%, alcanzando niveles máximos históricos mayores a los MXN$/USD$16. La depreciación registrada por el peso frente a la divisa verde en los últimos 12 meses ha sido del 23%, similar a la del yen (22.1%) y a la del dólar canadiense (20.5%), pero menor a la del real brasileño (42.8%), a la de la lira turca (26.7%) y a la del rublo ruso (61.6%). Por su parte, otras divisas tales como el peso chileno (15%) y el peso argentino (12%) han sido más defensivas, aunque no lo suficiente para contrarrestar la apreciación del dólar. Ello refleja que la debilidad cambiaria no es un fenómeno exclusivo de México sino global. No obstante, no deja de ser relevante que dicha dinámica haya sorprendido continuamente a los analistas, quienes han mantenido expectativas de apreciación, enfrentándose a la necesidad de elevar sus previsiones continuamente. ¿Por qué los analistas mantienen perspectivas de apreciación?

El Peso y sus fundamentales. La solidez en las principales variables macroeconómicas (flujos de inversión extranjera, reservas internacionales, balance público, etc.) no coincide con la magnitud de la debilidad del peso, lo que explica las perspectivas de apreciación que se tienen.

Dicha divergencia se debe a que en años recientes otros factores distintos a los tradicionales han jugado un papel relevante en la determinación del cambiario. Es decir, los flujos especulativos ante la excesiva liquidez jugaron a favor del fortalecimiento del peso luego de la crisis, pero han favorecido al dólar ante la expectativa de un alza de tasas por parte de la FED. Lo anterior explica que, de acuerdo con el índice Big Mac calculado por The Economist al mes de julio, el peso esté subvaluado en cerca del 35%. Esta ha sido una tendencia global, incluso economías como China, India y Rusia presentan subvaluaciones superiores a las de México (42%, 61% y 71%, respectivamente), mientras que entre las pocas divisas sobrevaluadas se encuentran las provenientes de Suiza (42%), Noruega (18%), Suecia (7%) y Dinamarca (6%). Pero, ¿por qué ello no ha sido visto por los analistas?

El impacto de la liquidez se ha minimizado. En general, la liquidez inyectada a raíz de la crisis de 2008 ha sido considerada por el mercado como un fenómeno temporal, pero el proceso ha sido más largo de lo originalmente esperado por el mercado. En consecuencia, el impacto también ha sido mayor a lo pronosticado por los especialistas, lo que explica la continua divergencia entre el tipo de cambio proyectado y el observado. Cabe destacar que la normalización monetaria aún no ha comenzado, por lo que la volatilidad hasta ahora se ha explicado únicamente por la expectativa de que el alza de tasas de la FED iniciará en el corto plazo. No obstante, dicho proceso podría postergarse más ante la debilidad de la inflación y la ralentización en la generación de empleo en EU, en línea con lo que ha sucedido hasta ahora. Aunado a ello, la normalización monetaria podría ser más gradual de lo esperado y hacia menores niveles de equilibrio, lo que implicaría un ajuste más lento del tipo de cambio hacia sus fundamentales, es decir, una apreciación más lenta de lo actualmente estimado. Aún si se mantiene la perspectiva de apreciación respecto a los niveles actuales, probablemente continuaremos observando revisiones al alza en los pronósticos de tipo de cambio para el cierre de 2015, que de acuerdo a la encuesta de Banxico de julio se espera en MXN$/USD$15.26.

 *Analista de economía de Grupo Financiero Monex

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