En un informe que presenté ante el Consejo General del INE, expresé la profunda preocupación de la autoridad fiscalizadora ante un notorio incumplimiento de las obligaciones de rendición de cuentas en que están incurriendo el grueso de los partidos y candidatos en las campañas que iniciaron el mes pasado y que concluyen en 29 días. Esto es, ya estamos en el ecuador de las campañas y 82% de los candidatos registrados en las 14 entidades donde habrá elecciones el 5 de junio no ha registrado una sola operación en el Sistema Integral de Fiscalización.

Dicho informe evidencia que de 3 mil 385 candidatos registrados en todo el país, hasta el 31 de abril, 2 mil 773 candidatos no habían cargado una sola operación en el sistema, pese a que es obvio que están en campaña. Y es legítimo que lo estén, es su derecho; y es su obligación acercarse al electorado, pero también es su obligación inescapable rendir cuentas en tiempo real a través del sistema de contabilidad en línea.

El artículo 38, numeral 1, del Reglamento de Fiscalización, señala expresamente lo siguiente desde 2014: “Los sujetos obligados deberán realizar sus registros contables en tiempo real. Se entiende por tiempo real, el registro contable de las operaciones de ingresos y egresos desde el momento en el que deban registrarse y hasta tres días posteriores a su realización.”

Nadie puede llamarse a sorpresa: la reforma constitucional de 2014 mandató a la autoridad en fiscalizar las campañas al mismo tiempo que éstas tienen verificativo. Y, por supuesto, obligó a los partidos a ir dando cuenta de cuántos recursos reciben y gastan también en tiempo real.

Los datos del informe son reveladores. Apenas hemos registrado, desde el inicio de las campañas y hasta el 30 de abril, 3 mil 864 movimientos de 612 candidatos en el Sistema que han cargado partidos nacionales, partidos locales y candidatos independientes. Esto quiere decir que, en casi un mes de campaña, en promedio cada candidato registrado ha cargado 1.14 operaciones. Solo una operación a más de tres semanas de iniciadas las campañas.

Siete partidos políticos nacionales no llegan, en promedio, ni a un reporte de información con candidato. Son Nueva Alianza, 0.09 operaciones por candidato; PVEM, 0.18 operaciones por candidato; Encuentro Social, 0.24; PT, 0.4 operaciones por candidato, lo mismo que el PRD; Movimiento Ciudadano 0.71 y PRI 0.74 operaciones por candidato. Se incrementa un poco en Morena 1.16 operaciones por candidato; Acción Nacional 2.2 operaciones y los partidos locales, los de mejor desempeño, 5.57 operaciones por candidato. Como se ve, la ausencia de carga en el sistema integral de fiscalización de las operaciones de ingresos y egresos a las cuentas de campaña, no tiene un solo color partidista.

Quiero subrayar por qué la conducta detectada en estas semanas lesiona la fiscalización. Tomemos como ejemplo los procesos electorales del año pasado, 2015. Entonces hubo 12 mil candidatos, quienes cargaron un millón 60 mil operaciones durante las campañas. Una simple regla de tres, con 3 mil 385 candidatos, nos dice que podríamos esperar 278 mil operaciones esta campaña, y llevamos sólo 3 mil 864 movimientos, es decir, el 1.4% de lo esperado, cuando estamos a la mitad de las campañas.

En 2015, cada candidato registró en promedio 82 movimientos. Hoy, a media campaña, llevamos 1.14 registros en promedio por candidato. A este paso, en el mes que queda de campaña, tendríamos 2.5 movimientos. Una ficción.

Pero, hay que decirlo, estamos a tiempo de corregir. Los partidos han incurrido en faltas puntuales, que no han reflejado el desarrollo financiero de sus campañas en el sistema. Pero estamos en los días de corte del primer informe de los primeros 30 días de campaña. Conmino a los partidos a que giren las instrucciones para que se subsanen las omisiones, para que todo el dinero que han recibido y gastado lo carguen al sistema. Y que en lo sucesivo se haga cada día, sin demora, sin dilación.

Los partidos han diseñado un exigente modelo de fiscalización. Les honra. Pero no basta con disponer de leyes, hay que cumplirlas. Es preciso ir de las buenas normas a las buenas prácticas. Cuenten con toda la disposición de la autoridad fiscalizadora para apoyarlos en el cumplimiento de sus obligaciones. Hacerlo contribuirá a la legitimidad del sistema de partidos en su conjunto y de sus respectivos institutos políticos.

Consejero electoral del INE

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