Todos han escuchado hablar de los XV años de Rubí, la quinceañera más famosa de México. A unos días de haber subido la invitación a su fiesta a Facebook, había recibido 1 millón 300 mil confirmaciones. Músicos, artistas, gobernadores y alcaldes se han subido al tren de la fiesta, ofreciendo regalos o presentaciones durante la celebración. Rubí ya ha hecho apariciones en los principales programas de farándula de la televisión. La fama alcanzada por la fiesta es tal que Protección Civil y Seguridad Pública anunció la instalación de operativos especial en La Joya, Villa de Guadalupe, San Luis Potosí.

Menos se ha dicho sobre el pueblo y la región en donde se celebra la fiesta. Según la prensa, un lugar abandonado hasta que llegó la fama. Un reportaje del portal Sinembargo describe el municipio donde se encuentra La Joya como uno tranquilo, en su mayoría sin cobertura de teléfono, internet o señal para celular. La Joya, describe el reportaje, no tiene agua corriente ni calles pavimentadas. El poblado, de 200 habitantes, vive de las remesas que llegan desde Estados Unidos. Los dos hermanos de Rubí cuentan que trabajaron dos años para poder dar dinero a la familia para pagar la fiesta.

La Joya no es tan distinto a otros poblados de la región. Según el Coneval, 28% de los hogares en el estado carecen de servicios básicos como agua potable. Y, si bien los indicadores sociales (como educación o condiciones de vivienda) muestran un avance en los últimos años, 50% de la población del estado se encuentra en situación de pobreza (su ingreso no es suficiente para adquirir los bienes y servicios necesarios para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias) y casi 10% vive en pobreza extrema (su ingreso es tan bajo que, aun si lo usaran todo para adquirir alimentos, no podrían comprar lo necesario para tener una vida sana).

La fama de las redes ha traído algunos beneficios a La Joya. Según varios medios, técnicos de Telcel llegaron para instalar antenas y equipos de tecnología para que exista cobertura de celular. El padre de Rubí, cuentan, acompañó personalmente a los técnicos a explorar la zona para la colocación de antenas. En una de las entrevistas, el alcalde señala que llevan varios años solicitando estos servicios pero no había logrado nada. Pero no fue la conciencia social lo que trajo las antenas, sino el morbo colectivo, y el querer asegurar a los famosos que lleguen a la fiesta una señal de celular.

Una vecina de la familia de Rubí, aprovechó la recién adquirida fama del pueblo para subir su propio video. En éste, doña Marciana pide ayuda para el trasplante de riñón de su hijo. “Quisiera que todo México escuchara: artistas, presidentes, políticos, periodistas. Escucharan mi caso y me apoyaran para mi hijo, se llama Marcos Gallegos Galván, háganme caso”, dice en su video. De acuerdo con el Coneval, 59% de la población del estado no tiene seguridad social. Quizás algunas de las personas que se apuntaron a asistir a la fiesta compartan el video de doña Marciana, pero en las redes no son tan populares las solicitudes de trasplantes, no gustan las tragedias que acompañan la realidad cotidiana.

La Joya, San Luis Potosí, es un fiel retrato de la sociedad mexicana. No hay agua potable ni calles pavimentadas, no hay servicios médicos y requerimos de urgencia un trasplante de riñón. Pero la atención, y los recursos, están puestos en los chambelanes, la fiesta y el vestido. La educación en el país es un desastre, 6 millones de jóvenes que no encuentran lugar en las escuelas y no tienen trabajo, el sistema de justicia no termina de funcionar, en el país mueren a diario mujeres y hombres a manos de otros mexicanos pero la atención está puesta en la fiesta y quién va a cantar. Al fin, ya lo pagaremos durante la cuesta de enero.

División de Estudios Jurídicos CIDE.
@ cataperezcorrea

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