En los últimos 30 años, el país ha experimentado profundas transformaciones sociales y políticas; uno de los resultados más importantes es que México ha pasado por un proceso pacífico de transición democrática. Aunado a esto, México ha logrado un desarrollo institucional sin precedentes, ampliando el desarrollo de organismos autónomos que promueven y protegen la estabilidad monetaria, justicia electoral, competencia económica, transparencia y rendición de cuentas. Sin embargo, este proceso de madurez institucional, debe ser acompañado y potenciado por nuevas tecnologías que habilitan el cambio.

Hoy, el avance de las tecnologías de información y comunicación permiten explotar las grandes cantidades de datos que generan las instituciones públicas para mejorar el quehacer del gobierno, y en ningún sector esto es más relevante que en las contrataciones públicas. De acuerdo a la Alianza para las Contrataciones Abiertas, el gasto de los gobiernos alrededor del mundo en contrataciones públicas asciende a más de 170 billones de pesos anuales, y en los países miembro de la OCDE, representa aproximadamente el 12% del PIB y el 29% del gasto público.

Sin embargo, esta sigue siendo la actividad gubernamental más vulnerable a la corrupción, a nivel mundial, el 57% de los sobornos están asociados a contratos públicos. Es por esto que en aras de fortalecer un Estado de Derecho sustentado en los principios de gobierno abierto y apoyado en el uso de herramientas digitales, desde el inicio de la administración, el Presidente Peña Nieto ha impulsado importantes esfuerzos a nivel internacional que marcan un cambio de cultura hacia la apertura del gobierno.

Como parte de la Alianza para Contrataciones Abiertas, en octubre del 2014, México fue el primer país en validar el Estándar de Datos para Contrataciones Abiertas (OCDS, por sus siglas en inglés), y actualmente trabaja con el INAI y Transparencia Mexicana para asegurar su implementación. Dicho Estándar implica la publicación de datos públicos -interoperables, estructurados y reutilizables- que se relacionen directamente con todas las etapas del proceso de contratación, desde la planeación, pasando por la licitación, contratación e implementación de cada proyecto. Si bien esto parece un proceso técnico y complicado, el objetivo es hacer que la cadena completa de las contrataciones se vuelva más accesible, transparente y participativa para todos los ciudadanos.

Dado que el 40% de los casos de soborno en el mundo se da en los sectores de construcción, transporte y de información y comunicaciones, México ha iniciado el cumplimiento del estándar de manera focalizada, y priorizando dos de los proyectos de infraestructura más importantes de la presente administración: el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y la Red Compartida de Telecomunicaciones, los cuales se pueden seguir en la plataforma de datos abiertos del Gobierno de la República, datos.gob.mx.

El detalle está en la implementación, por eso seguimos la integración del Estándar en los sectores que son importantes para la vida diaria de las personas, por ejemplo, asegurar la integridad en la contratación pública en el sector de la salud, tendrá un impacto directo sobre el precio que las personas pagan en los servicios de salud y sus medicamentos. De igual manera, al abrir las contrataciones de la Ronda 1 de exploración y explotación petrolera, se busca incrementar el retorno de inversión en uno de los sectores prioritarios para la economía nacional.

Además, para impulsar el régimen de Contrataciones Abiertas en todas las contrataciones gubernamentales, el Gobierno de la República trabaja para actualizar los reglamentos de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, y de la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas, a través de la cual la Secretaría de la Función Pública ampliará CompraNet para incorporar las etapas de planeación de las contrataciones y la ejecución de los contratos. De igual manera, en seguimiento al ‘Decálogo por un México con seguridad, justicia y estado de derecho’, se lanzará una plataforma pública para visualizar, de manera ciudadana, todos los datos abiertos de los procesos de contratación contenidos en CompraNet.

La implementación del OCDS no es un esfuerzo aislado. México ha hecho diversos compromisos a nivel internacional para que los datos abiertos ayuden a esclarecer la opacidad y permitir a los ciudadanos seguir cada peso de un procedimiento de contratación. Por ejemplo, en la Asamblea General de las Naciones Unidas del año pasado, México lanzó la Carta Internacional de Datos Abiertos, fomentamos las contrataciones abiertas en el Grupo de Trabajo Anticorrupción del G20 y el pasado 12 de mayo en el marco de la Cumbre Anticorrupción en Londres, nuestro país se comprometió a "hacer la contratación pública abierta por defecto - para que los ciudadanos y las empresas puedan tener un registro claro de cómo se gasta el dinero público". Como resultado de estas acciones, México, junto con Colombia, Francia, Ucrania y el Reino Unido, se convirtió en miembro fundador de la “Red de Contrataciones Abiertas (C5)”, una comunidad global dedicada a intercambiar aprendizajes y asegurar la implementación de las contrataciones abiertas en el mundo.
Sin embargo, aún hay mucho por hacer. Este compromiso representa un cambio importante en el estatus quo, ya que requiere una reingeniería de procesos e interoperabilidad de los sistemas que apunten a los datos abiertos desde su generación, impulse su análisis y detone la acción. Estos pasos marcan tan solo el comienzo de una nueva ruta para México, donde los datos se vuelven los cimientos para fomentar una verdadera contratación pública transparente, innovadora y participativa, que nos ayude a detectar la colusión y combatir la corrupción, promover un mercado abierto y competitivo, y empoderar a los ciudadanos para que juntos incrementemos la confianza en nuestras instituciones públicas.

Coordinadora de Estrategia Digital de la Presidencia de la República

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