Cada año, cerca del  50% de los jóvenes del país desertan de la educación media superior, y de los que logran concluir sus estudios de bachillerato, casi 90 mil no podrán continuar con sus estudios por falta de espacios.

Es un error común especular sobre los motivos por el que nuestros jóvenes dejan sus estudios, sobre todo porque este fenómeno tiene consecuencias terribles en nuestro país. Al dejar las aulas los jóvenes cuentan con menos oportunidades para generar mejores ingresos, por lo que optan por un empleo informal, o peor aún, son más vulnerables a caer en adicciones o en manos del crimen organizado.

Existen diversos factores que detonan el abandono de las aulas, como la falta de recursos para seguir estudiando, la falta de cobertura -es decir de planteles educativos que reciban a los jóvenes-o por embarazos prematuros, estadística que de forma alarmantemente crece en el paísde acuerdo con la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico (OCDE).

En la actualidad nuestro país lidera el problema de embarazos adolescentes, entre mujeres de 12 a 19 años de edad. En consecuencia, de los jóvenes que por embarazos prematuros abandonan sus estudios, sólo 7% de ellos tienen ingresos económicos para mantener a su familia.

A lo anterior, se suma un motivo mayor por el cual las y los jóvenes dejan sus estudios: porque simplemente no  encuentran el proceso educativo estimulante.

De acuerdo con el Banco Mundial (BM) en una encuesta hecha en 8 países latinoamericanos, 32.2% dijeron haber dejado la escuela a nivel media superior por falta de interés y porque pensaron que el aprendizaje no era útil o de calidad. En nuestro país, casi 43% dijeron haber dejado la escuela por razones educativas, según la encuesta nacional de la juventud de 2010.

¿Qué motiva a nuestros jóvenes seguir estudiando? ¿Qué es lo que llama su atención? ¿Cómo vamos a resolver que miles de jóvenes en el Distrito Federal cuenten con un lugar para continuar su preparación escolar?

Esas fueron las preguntas que me formulé cuando el Jefe de Gobierno Capitalino, Miguel Ángel Mancera,me encomendó, hace poco más de un mes, atajar los principales problemas educativos por lo que atraviesa nuestra ciudad: la deserción escolar, la falta de cobertura y la vinculación con el empleo.

Hayque resolver el problema desde dos vertientes: atemperar el problema de falta de espacios educativos, y en un segundo nivel, atacar de fondo el problema de la deserción.

Lo más urgente es dar respuesta al mayor número de jóvenes capitalinos para que sigan estudiando, y en paralelo, para evitar el abandono una vez que estén estudiando, encontrar la forma de vincular nuevamente a los jóvenes con el estudio para que lo consideren como lo que es, una piedra angular en su crecimiento personal y laboral, y todavía más allá, en la economía de todo el país.

Cuando en la Ciudad, el País y a nivel global, nos enfrentamos a una crisis como la que vivimos en materia educativa, la mejor forma de encontrar una solución es unir fuerzas, trabajar en colaboración y dirigir todos los esfuerzos, en todos los niveles, para encontrar la respuesta que estamos buscando.

Es por eso, que desde el día uno que comenzó mi trabajo como secretaria de Educación del Distrito Federal, y por encomienda del Gobierno del Distrito Federal, nos dimos a la tarea deconvocar a los principales actores del sector para encontrar soluciones, y ellos, sin dudarlo, respondieron a su vocación de enseñanza desde las instituciones que lideran.

Gracias a ellos, Dr. José Narro, Dr. Enrique Fernández Fassnacht, Dr. Vicente Hugo Aboites, Dr. David Fernández Dávalos, Dr. Bernardo González-Aréchiga, y Lic. Alfonso Pompa Padilla, ha sido posible que miles de jóvenes puedan continuar con sus estudios para tener mejores oportunidades al enfrentar su futuro.

En una acción sin precedentes, universidades públicas y privadas unieron voluntades para brindar en un primer nivel, un plan emergente para ampliar la cobertura educativa, con lo que 25 mil jóvenes podrán continuar con sus estudios y prepararse para la vida laboral.

Pero no sólo crecerá la oferta educativa en cantidad, sino en calidad, porque esa es nuestra misión con la población que busca continuar con sus estudios.

Por tal motivo, en un segundo nivel, se enriquecerá la oferta educativa al integrar a la formación académica y humana, las vocaciones económicas de la ciudad. ¿Cómo lograremos esto? Vinculando el modelo de las cinco zonas económicas de la Ciudad a la educación que se brindará en los cinco nuevos planteles que se abrirán en la Ciudad de México, para preparar a los jóvenes con el empleo, de acuerdo a las actividades económicas que nuestra capital requiere.

Esto es sólo un primer paso, pero nuestro propósito de política pública educativa en el Gobierno del Distrito Federal y en la Secretaria de Educación, es que todo aquel joven con deseo de avanzar en sus estudios, encuentre siempre en esta Ciudad una alternativa para poder lograrlo. Esa es nuestra vocación en los gobiernos de izquierda, brindar oportunidades a quienes más lo necesitan.

Secretaria de Educación Pública del Distrito Federal

Twitter: @Ale_BarralesM

Facebook: Alejandra Barrales

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