Millones de mexicanos pagan hoy por las malas decisiones del gobierno. La más reciente: la liberalización anticipada de los precios de los combustibles, originalmente prevista para 2018. Y esto no es nada comparado con la escalada de precios que se avecina.

Cuando oímos al Ejecutivo federal pedir comprensión y decirse “sensible” ante el malestar social, cuando las medidas adoptadas lastiman a las familias, a los que menos tienen, cuando las respuestas tardan en llegar, surgen sentimientos como frustración e incredulidad. En verdad, ¿es lo mejor que pueden hacer?

El PRD anticipó lo que podría desencadenar un aumento a los combustibles. Hace 3 años nuestro partido votó en contra de la reforma energética y fue causa de nuestro rompimiento con el gobierno.

No es tiempo de pedir comprensión sino de actuar. Somos un país petrolero y no se hace nada por Pemex, empresa mexicana que hasta hace algunos años era la industria más importante del país. No se invirtió en las refinerías, no se frenó el robo a ductos, no se fortaleció la industria nacional. Han dado por muerto a Pemex, han matado a la “gallina de los huevos de oro” y ahora les urge enterrarla.

Recortar 10% el sueldo a funcionarios de primer nivel como una de las principales medidas económicas de austeridad, es sólo poner un curita a una gran herida.

El gobierno debe rectificar y echar atrás el alza a las gasolinas. Si en verdad es un gobernante sensible, debe considerar el grave problema que representa para un jefe o jefa de familia llevar comida a su hogar, lo duro que es hacer rendir el gasto porque todo está más caro, el desequilibrio financiero que causa que alguien se enferme y, además, ver que persiste la inseguridad, la corrupción, la impunidad.

Las acciones del gobierno confirman la distancia que hay con la gente.

El Banco de México anticipó un riesgo de mayor inflación derivado del aumento a la gasolina. Más de 39 millones de ciudadanos que pertenecen a la clase baja resultarán muy afectados porque son quienes destinan casi 60% de sus ingresos a alimentos y bebidas, y 19% al transporte.

A partir del primer día de 2017 llenar el tanque de gasolina de un auto pequeño cuesta casi 100 pesos más. Pero además, subieron las tarifas eléctricas (2.6% consumo doméstico alto), se prevé un incremento en la canasta básica y el transporte público. Y encima, a partir del 3 de febrero se aplicará otro incremento a la gasolina que, de acuerdo con expertos, podría ser de hasta 8%.

El incremento a las gasolinas nos afecta a todos los sectores sociales y mucho más a los que menos tienen. No se puede tapar el sol con un dedo, subir la gasolina implica que todo subirá. Situación que se agrava porque el poder adquisitivo de la población, lejos de crecer, se ha reducido 11% durante la actual administración.

No podemos callar y permitir que se sigan tomando decisiones que lastiman, como siempre, a los que menos tienen. Es tiempo de unirnos, de buscar la manera de que entiendan que ya estamos cansados, saliendo a las calles cuantas veces sea necesario, luchando cada uno desde nuestras trincheras, manifestándonos, pero siempre de manera ordenada y pacífica. Es un derecho constitucional y hay que ejercerlo.

Este domingo 15 de enero vamos a concentrarnos en el Monumento a la Revolución para mostrar nuestra inconformidad ante esta decisión inaceptable, a exigir que se dé marcha atrás al alza a los combustibles. Vamos a hacerle saber a todo el país que unidos podemos más y que no permitiremos que se pisoteen nuestros derechos. México necesita, hoy más que nunca, unidad en torno a una estrategia, en torno al trabajo con la ciudadanía, en torno a la protección de toda la gente.

Los mexicanos somos gente trabajadora, sabemos sacar la casta ante cualquier adversidad, y de algo estoy plenamente convencida, las cosas pueden cambiar si somos más los que nos lo proponemos.

Presidenta Nacional del Partido de la Revolución Democrática.
@Ale_BarralesM
www.alejandrabarrales.org.mx
Facebook: Alejandra Barrales

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