El director de Transparencia Mexicana, Eduardo Bohórquez , afirmó que el organismo trabaja en una propuesta para establecer en el país una moneda que, a la manera de fichas , sirva para financiar actividades políticas, sea rastreable y permita control: una criptomoneda .

En el Seminario Internacional Política y Dinero, Democracia vs Corrupción, organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), Bohórquez expuso que la iniciativa se trabaja con los capítulos de Transparencia Colombia y Brasil y resulta viable dado que no requiere ningún avance tecnológico adicional a los que ya existen; de hecho ya hay en el mercado ejemplos.

“Esto no es futuro, ya está ocurriendo y en muchas partes, la moneda más usada del mundo no son lo dólares, son las millas o puntos de aviación, no están encriptadas pero son monedas diferentes a las que emiten bancos centrales y que pueden cambiarse por una serie de bienes” sin necesidad de usar pesos, igual funciona una criptomoneda, con la ventaja de que es rastreable puede fiscalizarse y monitorearse, dijo.

Eso es compatible con la aprobación hoy, en el Senado, de la Ley de Tecnologías Financieras (Fintec) y dado que el Banco de México trabaja en el peso digital, “queremos meter el tema de la criptomoneda”.

Esta tendría “trazabilidad perfecta”, es decir, su uso dejaría un rastro, por lo que podría

reconstruirse el historial de su utilización de principio a fin.

“A lo mejor termino por llamarle los INES: la moneda para el financiamiento de la política en México”, dijo.

En el seminario expertos nacionales e internacionales analizaron hoy cómo desde las campañas comienza la corrupción en la política, pues se financian candidatos para obtener retribución una vez que éstos llegan a los cargos, posiciones desde donde pagan con licitaciones y contratos de obra pública a sus financiadores.

Esta criptomoneda evitaría ese quid pro quo (intercambio de una cosa por otra), aseguró Bohórquez.

Podría rastrearse el dinero de principio a fin, en el entendido de que las licitaciones concesiones y los permisos “inician en campaña cuando se promete un tren, una carretera o cualquier asunto que supone inversión pública y que no inicia con el gobierno, sino desde el momento electoral”.

Explicó que así como una ficha de casino, “llegas con un billete de 100 dólares, se cambia por una ficha y dentro de ese casino sólo funciona es ficha, no funciona un fajo de billetes, sólo fichas. Durante el periodo electoral esta moneda digital puede funcionar para hacer transacciones y cuando llega al consumidor final éste puede ir y cambiarla. No es necesario ir con un cheque a cambiarlo”.

De igual forma el blockchain, “cada movimiento de esa moneda deja huella asociada a esa moneda, saber si paró para comprar espectaculares, llaveros, gorras, se puede saber exactamente dónde pasó esa moneda” por lo que puede controlarse y no hay un solo ente fiscalizador y controlador del gasto, sino “hay tantos entes como ojos”.

Cuando controlas el circulante (el número de monedas que circula) y sabes dónde está, tienes el control de cual es dinero legal y cuál el ilegal, dijo, pues todo dinero en efectivo que no sea esa criptomoneda será ilegal, con la ventaja adicional de que no se requieren procesos humanos para darle registro y vigilancia.

El complemento de esta propuesta, expuso, es la liberación que concretaron hace unas semanas la Secretaría de la Función Pública, el Instituto Nacional de Acceso a la Información Pública, Transparencia Mexicana y Secretaría de Hacienda.

“Liberamos 40 mil sets de datos sobre licitaciones públicas en México en formato de datos abiertos en México. Con ello podremos rastrear una promesa de campaña y las implicaciones presupuestales que tuvo”.

El consejero electoral Marco Antonio Baños Martínez dio la bienvenida a la propuesta aunque estableció que habría ciertos aspectos de las campañas necesitan alguna cantidad de efectivo para cubrir necesidades.

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