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Ya son tres las oficinas que ha recorrido y se perfila a ocupar una cuarta. En la Consejería Jurídica y la Secretaría de Desarrollo Social, a José Ramón Amieva lo acompañaron figuras de los presidentes de la República en plastilina, incluyendo la de Miguel Ángel Mancera, que no lo logró.

Ahora en la Secretaría de Gobierno, “le estamos agarrando apenas la costumbre”; sin embargo, es probable que no dure mucho.

Al preguntarle si quiere ser jefe de Gobierno, responde que esa determinación está fuera de sus manos. Precisa que ello no impide que el gobierno de la Ciudad opere con normalidad, incluso asegura que no se encuentra en riesgo la “gobernabilidad”.

“Estoy trabajando en que no haya un vacío de poder, se tiene una estrecha coordinación con el gabinete para que todo funcione de manera adecuada”, precisa uno de los hombres más cercanos de Mancera y a quien se le encargó cerrar el sexenio.

Como encargado del despacho tiene objetivos: poner en operación la ampliación de la Línea 5 del Metrobús hacia mediados de este año; buscar los recursos que tienen en vilo obras como la construcción del Hospital de Cuajimalpa y la ampliación de la Línea 12, así como iniciar el proceso de entrega-recepción en octubre.

Sobre las elecciones, ¿cuál es el reto, se tienen ubicados focos rojos?

—No estamos trabajando focos rojos, en cuanto a sitios, estamos trabajando temas prioritarios.

Estamos como grupo atendiendo cuáles son los temas y los que nosotros hemos señalado: en campaña, garantizar a los candidatos que puedan realizar sus eventos con plena libertad, seguridad y apoyo logístico; que las personas que acudan a votar, se respete su libertad de acudir a los eventos políticos; garantizar a quienes están encargados de organizar las elecciones que puedan hacer su trabajo.

El otro tema es la reconstrucción, se cumplirá un año del sismo…

—Lo más cercano es el mes siete. En el tema de la reconstrucción efectivamente tenemos que proponer cuál va a ser el esquema de reacción que como Ciudad tenemos ante un fenómeno sísmico como el que sucedió y este tema es generar cada vez mayor ejercicio de resiliencia. (….) El otro punto es el uso de los 6 mil 800 millones de pesos que se tienen, ya se han liberado algunos recursos.

¿Le causaría ruido entregarle el Gobierno a Claudia Sheinbaum?

—Pues mira, aquí ya hablamos que yo ahorita solamente estoy en el proceso de determinación de entrega, tendremos que esperar a ver quién es la persona que ocupa la jefatura. (…)

Y quien llegue, usted está dispuesto entregar la CDMX…

—El Gobierno de la Ciudad debe estar preparado para hacer una entrega a quien llegue y cuando digo a “quien llegue”, no lo hago con una situación de demérito o de generar una orientación política.

¿Ocho meses son suficientes para imprimir el sello de una administración?

—El sello de una administración se da desde el día uno. El Programa General de Desarrollo contempla las diversas etapas, ahorita en la etapa que estamos es un cierre ordenado de la administración, de conclusión y entrega del estado que guarda un gobierno y de continuidad en los servicios públicos y de los esquemas de funcionamiento vitales de la Ciudad.

¿Quiere ser jefe de Gobierno?

—Es otra pregunta que he reflexionado mucho y la respuesta es que quiero ser servidor público, quiero estar en el servicio público, no puedo yo aspirar a algo que natural y jurídicamente no se dé y aquí la línea natural y la determinación jurídica esta fuera de mis manos. Entonces, estaré atento a ello, lo que sí quiero es ser servidor público, ya me gustó, ya después de 23 años le agarras el cariño.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Amieva no niega su cercanía con Alejandro Encinas, ni que trabajó con otros militantes de Morena; deja en claro que su lealtad está con Mancera.

Cuando se confirmó que iba a ser secretario de Gobierno, y que se colocaba en la antesala de ser jefe de Gobierno sustituto, se dijo que al interior del gabinete había división, que no todos estaban de acuerdo con su nombramiento.

—Mira yo no he recibido ni he percibido algún tema de división. Tengo que agradecer infinitamente al doctor Miguel Ángel Mancera, que cuando estuvo con nosotros, lo señaló, que éramos un equipo, que como equipo teníamos que trabajar, que yo iba a quedar al frente del encargo del despacho y que esperaba que nosotros nos apoyáramos. (…) Ellos no están subordinados a la Secretaría de Gobierno, ellos son compañeros de gabinete, el trato que tenemos es de compañeros de gabinete.

¿Qué tan cercano sigue de Alejandro Encinas?

—Cuando lo veo lo saludo con muchísimo afecto, es una persona a la que le tengo gran estimación, reconocimiento por su trabajo; fueron muchos momentos que vivimos juntos.

El doctor Mancera fue quien inició este proyecto de Gobierno, es por quien me involucré por primera vez en una campaña política, él me ayudó a formarme, despertó en mí mucho interés por temas jurídicos como fue el derecho penal.

Dentro de mis primeros contactos con él (Mancera) fue precisamente una consulta de derecho penal, entonces fui a ver a un gran penalista, había un tema ahí complejo en el tema del desafuero (de Andrés Manuel López Obrador), en concreto por una llamada que se había realizado en esta sala contigua, en donde el entonces secretario (Gustavo) Ponce, dirigió una llamada telefónica al licenciado Encinas y él pues obviamente declaró que había una persona que estaba fugada, estaba en un proceso de huida, de escape de la autoridad, la había llamado, como tal lo citó la PGR en este momento, yo era su abogado y me acerqué a un penalista conocedor que era Miguel Ángel Mancera.

Entonces él (Mancera) pues me formó mucho en temas jurídicos, siento que todo lo que viví con él fueron actos de amistad, de enseñanza y de compañerismo en este proyecto. Creo que cada persona tiene su tiempo, tiene su espacio y tiene su valor.

¿Ha ido al Ayuntamiento después de la salida de Mancera?

—No, decirte que el día que el doctor Mancera presentó su licencia, después tuvo un convivio con nosotros (degustamos unos tacos de canasta muy buenos), tuvimos una plática muy amena, fue muy cariñoso con nosotros. Después me llamó, me señaló algunos asuntos, pocos asuntos… una caja que diario revisamos, y le damos seguimiento.

Después, las tres personas que en su momento llegamos a Martín Mendalde (que fue nuestra casa de campaña), las tres salimos por las escaleras: Luis Serna, el doctor y tu servidor.

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