La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) recomendó a los ministros de culto no promover, recomendar, sugerir o apoyar públicamente a algún candidato o partido político, a fin de evitar sanciones durante el proceso electoral.

A través del documento “ Lineamientos para la prevención de sanciones administrativas y/o penales para ministros de culto en materia electoral” , el órgano colegiado emitió una serie de recomendaciones para los ministros de culto sobre las acciones que pueden o no realizar durante los comicios.

El documento elaborado por los más de cien obispos del país señala que en materia electoral el equilibrio entre el trabajo pastoral para orientar a los fieles y el apego a la ley requiere de “un ejercicio de prudencia no sencillo”, puesto que los ministros de culto de la Iglesia Católica gozan de los derechos de libertad de expresión y religiosa, sin embargo se debe respetar los límites que establece la legislación.

Ante ello, el protocolo detalla las acciones que los sacerdotes y obispos no pueden realizar, tales como no promover, recomendar, sugerir o apoyar públicamente a algún candidato o partido político; tampoco pueden criticar o atacar en actos de culto a ningún candidato o partido que esté contendiendo por algún cargo de elección popular.

Tampoco está permitido la distribución o colocación de propaganda electoral al interior de los templos o en sus lugares adyacentes. Los ministros de culto no deberán permitir a los fieles laicos utilizar los lugares y actos públicos para realizar propaganda electoral, ya sea indirecta o directa.

En entrevistas con los medios de comunicación los sacerdotes y obispos omitirán responder a preguntas que se refieran al proceso electoral, cuando impliquen como consecuencia la opinión o propaganda a favor o en contra de determinado candidato o partido.

Las reuniones en lugares o actos de culto con candidatos o partidos durante el periodo electoral, o sostener encuentros sociales en lugares públicos con ellos quedan prohibidos. No deberán permitir reuniones con fines políticos al interior de los templos.

Las acciones que sí están permitidas son hablar y publicar sobre la importancia de la participación ciudadana en las elecciones, así como del ejercicio del voto “como un deber ciudadano y cristiano, aun cuando sea un lugar o acto de culto”. Atender “espiritualmente” en un foro personal y privado a algún candidato, está permitido.

Los sacerdotes y obispos podrán exponer la doctrina cristiana en temas como la vida, la familia, el matrimonio, los derechos humanos ética pública, aun cuando sea en un lugar o acto de culto.

El protocolo detalla las sanciones por infringir la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, así como violaciones a la Ley General en Materia de Delitos Electorales; las sanciones contemplan el apercibimiento, que es la advertencia de una próxima sanción en caso de persistir en una falta; una multa de hasta 20 mil días de salario mínimo; la clausura temporal o definitiva del templo; suspensión de derechos de Asociación Religiosa, o incluso su cancelación.

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