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México se encuentra entre los países latinoamericanos con menor participación electoral en elecciones presidenciales con 63% del total de sus habitantes. Ocupa el octavo lugar por debajo de Ecuador, Uruguay y Bolivia, donde el voto es obligatorio con sanción; y de Costa Rica, Paraguay y Guatemala, donde es voluntario, según un estudio realizado por Integralia y cifras del INE.

De los votantes, el rango de edad que menos emite el sufragio son jóvenes de entre 20 a 30 años. Esto no quiere decir que ese segmento muestre desinterés en la política, de acuerdo con los expertos.

En 2012 se registró que la mayor parte de las personas que emitían su voto en elecciones federales oscilaban entre los 50 hasta los 69 años, con una participación de 73% de su total, mientras que los de entre 20 y 30 años tenían la participación más baja, con un promedio de 55%.

Para las elecciones de 2015, la asistencia de la población en general disminuyó su emisión de voto, pero las personas mayores de 50 años continuaban liderando con mayor grado de participación, con 60%, mientras que el sufragio de los jóvenes adultos de entre 20 a 30 años caía hasta 38% con una participación reducida.

Este 2018 se espera que el porcentaje de participación aumente considerablemente con las entidades de la República que tendrán elecciones concurrentes. Hasta el momento se tienen registrados 86 millones de votantes en la Lista Nominal, de los cuales 29% está conformado por electores de entre 18 y 29 años.

“Es evidente el aumento de participación ciudadana que habrá en estas elecciones para las intermedias. La diferencia de las otras es que en 30 estados habrá elecciones concurrentes y el voto, tanto de las locales como de las federales, se hará en la misma casilla. De esta manera después de que los ciudadanos voten por presidente, de paso votarán por los alcaldes de su municipio”, aseguró el ex consejero del INE, Arturo Sánchez Gutiérrez.

También enfatizó la importancia del trabajo de los capacitadores y supervisores electorales, quienes tendrán gran responsabilidad en el trabajo de motivar a la sociedad para que no solo participe emitiendo su sufragio, sino como funcionarios de casilla el día de la jornada.

Al preguntarle por los jóvenes y su poca asistencia en procesos electorales, respondió que las nuevas generaciones han vivido circunstancias muy distintas a las de la gente adulta, por ejemplo: los sismos, un gobierno panista y apenas uno priísta, la influencia directa de las redes sociales en su contexto, entre otras cosas, que ocasionan que se tenga una comunicación distinta, porque su comportamiento político es diferente.

“Creo que los candidatos están conscientes de esta situación y buscan llegar a los jóvenes, se han familiarizado con las redes y han hecho visitas a universidades”, dijo

Luis Miguel Carriedo, especialista electoral, declaró que los jóvenes en la actualidad han demostrado gran interés en hechos sociales, como lo fueron los sismos de septiembre del año pasado o en las marchas que se llevan a cabo para apoyar a sus iguales, y a pesar de que su nivel en la emisión del sufragio se mantiene bajo, no significa desinterés por la política.

“Más allá de emitir el voto que, claro, es fundamental, creo que los jóvenes están interesados por la discusión del voto activo. En estas elecciones sí tendrán incidencia política, las redes sociales están ayudando a la creación de debates, pluralidad y una discusión horizontal, que más allá de alejarse de la política, están exigiendo, lo cual me parece muy bien porque se crea un voto informado y deliberación política”, dijo en entrevista para EL UNIVERSAL.

“La motivación por parte de los candidatos se da a partir de a dónde están dirigiendo sus perfiles, pero algo real es que todos están conscientes del trabajo que tienen que hacer hacia los nativos digitales; sin embargo, se tienen que estudiar las propuestas y candidaturas que van a ofrecer para saber de quién es el perfil más fresco”, reflexionó.

Por el contrario, Manuel Quijano Torres, académico y catedrático de la UNAM, sugiere que la importancia del tema no está en la cantidad de participantes que emitan su voto, sino en el comportamiento que tendrán los que lo emitan, es decir, cuántos omitirán el voto teniendo la boleta enfrente, hasta el momento las encuestas no pueden dar una visión de lo que ocurrirá porque la mayor parte de la población se encuentra indecisa.

“Son muchos factores los que determinarán el voto de los indecisos, e incluso de los que tienen cierta inclinación por algún candidato, la sube y baja de la economía, incluso lo que ocurre en el Congreso de Estados Unidos va a impactar en el sino mexicano”, refirió.

Aseguró que los candidatos actualmente están teniendo una gran responsabilidad en la emisión del sufragio de sus electores, en este caso, la calidad de las campañas es un determinante para optar por la abstención, la cancelación o el voto directo.

“Sí creo que la participación aumente, posiblemente ese 60% que normalmente se ve en elecciones se mantenga o hasta se eleve, aquí lo destacable es qué porcentaje de ese número de sufragantes se inclinará hacia algún partido”, afirmó.

Mientras que, respecto al voto de los jóvenes, detalló la dificultad de poder determinar si en esta ocasión su asistencia sería mayor, porque el comportamiento político no se centra únicamente en la capital, “los jóvenes en el norte del país viven una situación diferente a los del sur o, incluso, a los del centro; no obstante, habría que analizar las encuestas para saber quiénes participan más”.

Roberto Duque Roquero, académico de la UNAM, destacó la importancia de participar, y calificó de lascivo el abstencionismo para la democracia, porque no cambia absolutamente en nada no participar.

“Es la peor conducta que un elector puede tener, el abstencionismo no sirve para decidir sobre el futuro del país”.

Sin embargo, aceptó que no todo es culpa del elector, sino de la poca motivación que generan los candidatos y sus campañas para participar, el panorama desalentador que presentan con carentes propuestas y visión para el país, asimismo, refirió que el modelo electoral tampoco ayuda y lo que se ve es su fracaso.

“La oferta política que estamos viendo no es lo suficientemente atractiva y no hay un aliciente”.

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