Testigos de momentos clave en las elecciones de 1994 y 2000, los ex Embajadores de Estados Unidos en México, James Jones y Jeffrey Davidow destacaron que la aceptación de los resultados que mostraron los ex presidentes Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, e incluso el ex candidato presidencial Cuahtémoc Cárdenas, fue un elemento fundamental para el avance democrático.

Por eso Jones estableció que el presidente saliente “tiene la responsabilidad de analizar las elecciones y ver si confía en el INE, si confía en el proceso electoral para decir que fue justo y aceptar los resultados y continuar, porque esa es una parte muy importante de la democracia, el deseo de cambiar los gobiernos y aceptarlos, aún si no estamos de acuerdo con los nuevos que han sido electos, esa es una gran responsabilidad”.

Ambos embajadores participaron en la conferencia: Evolución Democrática de las Instituciones Electorales. Una Visión Internacional de México, organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE) y moderada por el consejero presidente del organismo, Lorenzo Córdova.

Davidow, quien fue embajador del gobierno estadunidense en México de 1998 a 2002, reconoció a Zedillo como un personaje clave de la transición por aceptar el triunfo de Fox, aun en contra del rechazo de un sector del PRI.

Eso fue histórico, pues “había voces y poderes dentro del PRI que no querían aceptar los resultados en la noche de las elecciones y el hombre clave, y francamente para mí un héroe de la democracia de México, fue el Presidente Zedillo, porque bajo toda la presión del partido él decidió que iba a reconocer los resultados, felicitó al presidente Fox y con eso se acabó con cualquier esfuerzo que unos en el PRI estaban intentando montar para no aceptar las elecciones.

“Creo que para mí el año 2000 fue clave en la historia de México y yo creo que para el mundo y para los mexicanos la idea de elecciones libres, justas, fair and free, éste fue el año donde la gran mayoría de mexicanos por fin entendían que sí, sí se podía en México”, afirmó.

Jones, quien fue también embajador del país vecino en México de 1993 a 1997, durante la recta final del gobierno de Carlos Salinas y una parte de la administración Zedillista, recordó que en 1994 fue el año en el que por primera vez el PRI perdió la mayoría de la Cámara de Diputados.

Relató que dado el cuestionamiento que hubo a las elecciones de 1988 en las que resultó electo Salinas --pese a los problemas que tuvo el sistema de cómputo de votos-- su administración tuvo que acordar reglas para unas elecciones diferentes.

En ese caso, refirió que Salinas contribuyó al aceptar –pese al rechazo de un sector del PRI- los resultados, según los cuales ese partido perdió por primera vez la mayoría en el Congreso.

Pero, destacó, también tuvo el papel de “todo un patriota” el entonces candidato presidencial opositor, Cuauhtémoc Cárdenas, quien había llamado a la “desobediencia social” pero se convenció de que las elecciones de 1994 fueron honestas, aunque, admitió, no del todo “justas” por el despliegue de recursos a favor de una opción política.

“Así que en 1994, lo que sucedió es que Salinas decidió que él quería tener una elección justa” se invirtieron muchos recursos para dar pie al extinto Instituto Federal Electoral (IFE) de modo –afirmó Jones- que “nosotros pudimos ver que se contaba con el sistema electoral más moderno del mundo”.

Pero, recordó, “hubo un problema con el resultado, que no querían aceptar y fue la primera vez que el PRI no obtuvo la mayoría en cuanto a la votación; así que, de esta manera, obtuvo solo un 50% del voto, y las dos partes que estaban compitiendo, el otro era el PRD, tampoco estaban de acuerdo con esta elección.

“El PRD pensaba en tener una desobediencia social, para ir en contra de estas elecciones, y Cuauhtémoc Cárdenas…es alguien que yo respeto mucho, y es todo un patriota en todo el sentido de la palabra, y después de mostrarle a él la evidencia con la que contábamos, que fue una elección muy justa la que se llevó a cabo ese día, el después llamó a la desobediencia a nivel nacional, la canceló”.

Por eso ambos destacaron el papel de los observadores –o visitantes internacionales- para que puedan verificar las condiciones en que se desarrollan las elecciones y aclarar si las irregularidades que eventualmente se denuncien tienen o no fundamento.

Si unos candidatos no ganan elecciones este año, “muy probablemente van a decir, se debió a irregularidades, se debió a que el sistema se cayó. (Pero)

mientras más observadores tengan que aclaren cómo se llevaron a cabo las elecciones, menos creíbles serán esas quejas”, destacó Jones .

Los ex embajadores también expusieron su preocupación sobre el flujo de recursos en las elecciones, y sobre la violencia, por lo que plantearon la responsabilidad del gobierno de propiciar condiciones de paz para que los ciudadanos voten.

El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, planteó que todos los actores, incluidos los presidentes salientes, tienen una corresponsabilidad en la aceptación de los resultados.

Respecto al contexto de violencia, deseó que con una participación masiva en las urnas, como en 1994, los mexicanos digan “no a la violencia y sí a la democracia”.

“Hoy estamos en un contexto difícil de la vida nacional, pero la mesa está puesta para que las y los ciudadanos con su voto, no solamente decidamos libremente el futuro del país, sino reivindiquemos una vez más nuestro compromiso con la puesta democrática que desde hace tres décadas iniciamos” estableció Córdova.

ml

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