El presidente ruso, Vladímir Putin , negó hoy la "persecución" del director teatral Kirill Serébrennikov , investigado en un caso de corrupción muy criticado en círculos culturales.

"En lo que se refiere a Serébrennikov, ustedes bien saben que si fuera una persecución y no una investigación, entonces su espectáculo no hubiera sido escenificado en el Teatro Bolshói. Y sí lo fue", dijo.

Putin, que se refería al controvertido espectáculo " Nureyev " sobre el legendario bailarín ruso exiliado en Occidente estrenado hace una semana, reaccionó así a las críticas vertidas por los miembros del Consejo de Cultura y Arte adscrito a la Presidencia rusa.

"Por eso, me parece que aquí hay que andar con pies de plomo, porque es un asunto muy sensible", añadió.

Este asunto fue puesto sobre la mesa por el crítico literario Alexandr Arjanguelski, quien lamentó que Serébrennikov se encuentre desde hace varios meses en arresto domiciliario, lo que le impide dirigir el Teatro Gógol.

"No se puede intimidar ni aplastar ni a los funcionarios, ni a los artistas ni a los ciudadanos de a pie. Hay que investigar, no perseguir", dijo.

Arjanguelski denunció que en Rusia no hay "jurisprudencia" a la hora de aplicar las leyes, pero sí hay "precedentes de arbitrariedad".

Y sugirió la posibilidad de que Serébrennikov y otras personalidades de la cultura se vean beneficiadas por la propuesta del presidente de proclamar una amnistía general con ocasión de las elecciones presidenciales de marzo de 2018.

Putin admitió que la investigación de algunas personalidades de la cultura puede deberse a una falta de regularización legal en las actividades culturales.

Por eso, llamó a aprobar una nueva ley de Cultura, ya que, subrayó, se necesitan unas reglas "transparentes" de gestión financiera de dichas instituciones.

Recientemente, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que la investigación que afecta a Serébrennikov se debe al "uso incorrecto de fondos públicos".

Desde que se viera salpicado por el caso de malversación de fondos públicos, Serébrennikov ha recibido el apoyo unánime del mundo de la cultura rusa, incluido de figuras vinculadas estrechamente al Kremlin.

A principios de septiembre, expresó inquietud por el caso el ministro de Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, en cuyo país el director es muy admirado, y antes lo hicieron la oscarizada actriz Cate Blanchett o la nobel de literatura Elfriede Jelinek.

Según el Comité de Instrucción, uno de los testigos acusó al director de estar al tanto de la existencia de una "caja b", que presuntamente permitía a los contables sacar dinero en efectivo de manera encubierta.

Serébrennikov estaría al tanto de los contratos ficticios firmados por Séptimo Estudio, compañía fundada por el director, con otras empresas, que servirían de tapadera para dichas maquinaciones.

El director ha participado en varias manifestaciones de protesta contra Putin y criticado la creciente influencia de la Iglesia Ortodoxa en Rusia, por ejemplo en su última película El Estudiante que fue premiada en Cannes.

sc

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