Más Información

Posponen en el Senado discusión y votación de reforma para crear la figura de “jueces sin rostro”; se discutirá en febrero

Harfuch descarta que explosión de coche bomba en Michoacán sea un hecho terrorista; "son actos criminales", sostiene

SRE: Buscaremos llegar a un acuerdo con EU por adeudo de agua; vamos a respetar derecho humano al líquido, afirma
Patti Smith se quedó en el café La Habana
Patti Smith no quiso irse de México sin tomarse un café en La Habana. Nos cuentan que se tomó el café y firmó su foto que ya cuelga de una de las paredes de esa cafetería frecuentada por Roberto Bolaño. “Me siento más orgullosa de tener mi foto aquí que en el MOMA”, le contó Patti a José Kuri, director de la galería Kurimanzuto, y agregó que si viviera en México, iría a La Habana todos los días, de 7 a 10 de la mañana, para tomarse un café y escribir. Se fue de México pero se lleva a México, pues prometió que dedicará su concierto del 14 de septiembre, en Central Park, a los mexicanos que viven en EU, a los migrantes que sufren racismo, allí gritará “Viva México” y cantará contra Donald Trump.
Feministas contra Javier Marías
El escritor español Javier Marías se volvió tendencia en Twitter luego de una entrevista publicada por El País en la que habló del incremento de la intolerancia y dijo que hoy “las monjas de toda la vida están triunfando ahora, bajo otro disfraz, pero con los mismos objetivos: que no haya besos, que no haya escotes, que no haya minifaldas...” luego concluye “...las feministas han luchado durante décadas por vestir como les daba la gana. Y las sufragistas querían descubrir el tobillo. Y ahora resulta que, por otros motivos, no puede usted llevar minifalda. ¡Déjenme en paz!” El comentario fue mal recibido por las feministas y le generó duros cuestionamientos, aunque también muchos apoyos.
En busca de los libros perdidos
Hay una campaña de fomento a la lectura que ha comenzado a sonar fuerte en redes sociales y atrae a más mexicanos. Se trata de “Libro perdido”, un proyecto que quiere llegar a varios rincones del país, y consiste en esconder libros en espacios públicos, como parques, estaciones de autobuses, metro, cafeterías, restaurantes. La intención, nos dicen, es que quien done el libro publique en redes sociales las pistas del escondite para que puedan encontrarlo. Algo así como jugar a las escondidas, pues. Aunque el proyecto lleva más de un año, se está haciendo cada vez más popular. Para participar sólo hay que estar pendientes de las redes sociales de la organización o buscar el hashtag #LibroPerdido para conocer la dinámica y las fechas en que se activan.
Noticias según tus intereses
[Publicidad]
[Publicidad]











