El músico argentino-israelí se sumó a las críticas por el premio en Alemania a un álbum de rap con elementos antisemitas y anunció la devolución de sus propios galardones ante lo que calificó de "abierto desprecio" a las minorías e intolerable "abuso de la libertad" artística.

"Antisemitismo, misoginia, homofobia y el desprecio abierto a supuestamente débiles y minorías son un abuso de la libertad que como sociedad jamás debemos tolerar", advierte el director de la Staatskapelle, la orquesta de la Ópera Estatal de Berlín , en un comunicado.

El músico afirma que "como judío que vive desde hace muchos años en Alemania y considera la libertad en el arte un bien supremo" ha seguido "con gran consternación" el debate en torno a la concesión de un Premio Echo -el principal galardón de la industria musical alemana- a los raperos Kollegah y Farid Bang en la categoría de hip hop nacional.

Barenboim subraya que "la libertad de expresión y la libertad en el arte son una de las conquistas y uno de los valores más importantes de una sociedad democrática y abierta".

Recuerda, al mismo tiempo, que toda libertad conlleva también responsabilidad, la de "hacer uso de las libertades conquistadas de tal manera que también pueda existir la libertad de los demás y de los que piensan diferente", así como la de "respetar la dignidad" de los otros.

Este convencimiento forma desde hace muchos años de la esencia de su forma de pensar como persona y de su trabajo como artista, afirma el músico, quien llama a alzarse "unidos" contra los que no respetan a los demás y a no "reafirmarlos" y "legitimarlos" con premios.

"Al contrario, hoy más que nunca debemos luchar por más humanidad, respeto mutuo y empatía", agrega.

Con este espíritu y a la espera de una "respuesta adecuada" por parte de la organización de los galardones, tanto Barenboim como la Staatskapelle de Berlin y su West-Eastern Divan Orchestra, colectivo integrado por músicos israelíes, palestinos y de varios países árabes, han decidido devolver de forma colectiva todos los Premios Echo que les han sido concedidos, anuncia el músico.

"Los intereses comerciales no deben prevalecer cuando de lo que se trata es de cuestiones tan esenciales como la decencia y nuestra humanidad", concluye.

Dos líneas de las canciones de Farid Bang y Kollegah son las que han despertado este malestar: "Hagamos otra vez un Holocausto, venid con los cócteles Molotov" y "mi cuerpo está más definido que el de un preso de Auschwitz".

nrv

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