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De los 57 mil ejemplares que Gredos tiró de la Ilíada de Homero, se vendió 78%; mientras que de La Odisea, del mismo escritor, se publicaron 48 mil ejemplares y se vendió 72% del tiraje; de las tragedias de Esquilo se vendió 63.4% de los 28 mil ejemplares tirados. Esa colección de los clásicos y otras tantas colecciones que se venden por entregas en los puestos de periódicos y revistas confirman que los libros si tienen buenas ediciones, son materiales de interés general y tienen precios accesibles y se venden por miles en México.

En cada esquina o cada dos cuadras, en las paradas del autobús o en los parques a lo largo de toda la República Mexicana se distribuyen más de 3 mil 800 kioscos donde se ofertan colecciones de libros por entregas o tomos, que superan los 40 títulos o incluso los 100 por colección.

Las temáticas son diversas, desde literatura y filosofía pasando por ciencia, matemáticas, cuerpo humano o dinosaurios.

La industria editorial que durante algún tiempo también se distribuyó en estos puestos de revistas y periódicos y luego los abandonó para irse a librerías y plataformas como Walmart y Comercial Mexicana, en los últimos meses ha vuelto su mirada a estos puntos de venta de calle, que distribuyen los voceadores, y que salen con precios que van de 49.90 pesos de arranque, a 149.90 pesos o acaso 179.90 pesos — mucho menos de lo que pueden costar en librerías— y que a pesar de los precios más accesibles son materiales muy cuidados, ejemplares en pasta dura y con buenas ediciones.

Adolfo Rodríguez García, director de RBA México, que agrupa a Gredos, donde han publicado varias de esas colecciones, asegura que después de un tiempo de no estar en kioscos probaron suerte con dos colecciones: El cuerpo humano y Dinosaurios, que fueron todo un éxito. “Vendimos casi 99% de todo el producto, entonces pensamos ¿qué pasaría con libros?, decidimos apostar con Grandes pensadores, nunca esperamos que tuvieran esa reacción en el mercado esos libros de filosofía pura y dura, pero la tuvo porque nos dimos cuenta que cualquier persona los pueden leer aunque los lectores a los que se dirigen son estudiantes y catedráticos”.

A partir de ahí han introducido colecciones de ciencia, matemáticas y por supuesto literatura con colecciones como la Biblioteca Clásica Gredos, con títulos de Esquilo, Eurípides, Virgilio, Horacio, Platón, Aristóteles, Cicerón y Séneca; pero también con la Biblioteca Julio Verne.

Otro de los grupos editoriales que han entrado a este canal de comercialización es Salvat, con su colección Comprende la Psicología, donde pone al alcance de los lectores el pensamiento de los grandes psicólogos, entre los que están Freud, Jung, Lacan, Klein, Piaget y Fromm.

Andrea Alcalá, vocera de Salvat, asegura que el mercado editorial ha cambiado, se ha desdibujado un poco y está buscando nuevos canales comerciales pues la producción editorial es tanta que ya no cabe en las librerías, eso sumado a que hay otro público que comúnmente no va a las librerías, pero le gusta leer.

“La idea es poner los libros en los puestos de revistas que son más de 3 mil 800 en la República Mexicana, ninguna librería tiene esos puntos de venta, ni siquiera las grandes cadenas, entonces aquí se ponen los libros a su paso, porque los puestos de revistas están en la colonia, en la esquina de tu casa, donde tomas el café o vas a correr”, señala Alcalá, quien dice que han apostado a esos lectores que buscan leer pero también atesorar esas colecciones de papel en casa.

“Sabemos que hay muchos lectores que les gusta más volver un poco a esa propuesta de adquirir una enciclopedia por tomos, como Bruguera lo hacía, y así formabas tu biblioteca de papel, es volver a retomar esa tradición; recuperar un poco la esencia de la enciclopedia y coleccionarla para tenerla en casa, a la mano”, señala Andrea Alcalá.

Amor al papel. Joel Hernández, empleado y comerciante de 35 años, se ha convertido en un gran coleccionista de dos cosas que le apasionan, los libros y los autos. En cuanto a los autos tiene dos armables que se divide en 100 entregas semanales y ahí en general no ha tenido problema, sin embargo en los libros es donde más ha padecido la ausencia de las últimas entregas en puestos de periódicos.

“Con los libros de filosofía de Grandes pensadores he tenido un pequeño problema, se ha convertido en una bronca conseguirlos, los ando persiguiendo en un puesto, en otro o he tenido que dejarlos encargados en varios puestos para ver dónde me los pueden conseguir, porque lo que me comentan los voceadores es que a ellos les baja la dotación, ya no lo tienen o ya no se los entregan en el lugar donde ellos van a comprar”, señala Hernández, quien dice que de toda la colección le faltan tres títulos y cuando los busca en Internet los ha encontrado en 400 o 500 pesos, cuando en los puestos de revistas los compra al costo: 179.90 pesos.

Por su parte, Isidro Ramos López, de 48 años, quien es militar y profesor de español a nivel secundaria, dice que colecciones completas solamente ha adquirido una sobre literatura universal que publicó Planeta de Agostini, conformada por 100 títulos, “pero fuera de esa sólo compro los temas o autores que me interesan, pero no completas. Me interesan por las ediciones y por la economía porque son relativamente más baratos, bueno algunos más o menos, pero están bien hechos, son ediciones en pasta dura, con la portada a color pero a veces el papel no es tan bueno. Los primeros títulos sí son muy económicos, pero después ya no bajan de 189”, señala Hernández, a quien le interesa la literatura y la filosofía.

Nuevas estrategias. Poner los libros en los puestos de periódicos tiene gran potencial y es un buen negocio para las editoriales.

No es como en las librerías, que si se acaban los ejemplares es fácil pedirlos y que las editoriales resurtan. En esta plataforma, los ejemplares se hacen en una sola entrega, cada dos semanas en los primeros tres títulos, y luego cada semana. Lo que se venda se vendió y lo que no se devuelve de inmediato. Regularmente se venden. Por ejemplo, Salvat sacó sus primeras entregas con 40 mil para repartirlos en los 3 mil 800 puntos de venta, no es que les toque de 50 ejemplares a cada puesto, depende de la categoría, pueden ser de cinco, 10 o 20 por punto de venta.

“Es un retote porque necesitamos mantener el nivel de las publicaciones para que la gente se siga interesando en la colección, la siga comprando y llegue al final”, afirma la vocera de Salvat.

Rodríguez García dice que en México los libros por entregas son buen negocio y es muy significativo que se tiren entre 45 y 60 mil ejemplares y se venda más de 85%, y que estén sacando tiros de 7 mil y 10 mil ejemplares cada semana y tengan devoluciones de sólo 30 o 50 ejemplares.

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