En lo alto de Santa María de la Asunción las campanas llaman a lo feligreses tras meses en silencio.

El 19 de septiembre de 2017 el tiempo se detuvo en Izúcar de Matamoros , Puebla . Sus casas, locales e iglesias comenzaron a agrietarse con el estremecimiento de la tierra.

Según el censo de 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el municipio, puerta a la mixteca baja poblana, viven 72 mil 799 personas, del cual 53.2 por ciento son mujeres y 46.8 hombres, de acuerdo con datos del 2015.

En Izúcar se hizo una evaluación y se consideró que 775 casas habitación tenían daños, de las cuales 180 resultaron completamente desplomadas. El alcalde Manuel Madero González indicó en septiembre de 2017 que había daños estructurales en todos los templos, entre los que sobresalía el de Santo Domingo .

Pasaron 10 meses del sismo y una mujer se detuvo ante el templo cuya campana permaneció callada durante siete meses por fractura en la torre que la sostiene. La anciana carga los años y dice es bonito ver de pie aquel lugar donde la bautizaron y reza a María Auxiliadora .

El párroco Manuel Ramírez Moreno recuerda los días tras el sismo, cuando el ambiente en la comunidad era como si " alguien había muerto " y las misas las hacían de forma improvisada en la avenida.

En una carpa enorme, él animaba a los habitantes en un ambiente de tristeza y sufrimiento entre las casas destrozadas.

Aunque la iglesia de Santa María de la Asunción no registró daños tan severos como los templos de Santiago y Santo Domingo , sus puertas permanecieron cerradas. El párroco hace énfasis en que entre la Iglesia, la comunidad y empresarios, sacaron adelante este patrimonio cultural del siglo XVII, pues fueron los mismos creyentes quienes aportaron para levantar el inmueble.

Este fue uno de los templos que recibió la ayuda de la Fundación Mary Street Jenkins , la cual otorgó 25 millones de pesos para la recuperación del patrimonio , así como otros 25 para la restauración de viviendas .

El organismo creado en 1954 en Puebla hace donativos hacia la educación, la salud, el deporte y la cultura , donde destaca un fondo para el libro " La Danza de los Voladores de las comunidades de Puebla " y la restauración en 2013 de áreas de la Parroquia de San Pedro Apostol Zacapoaxtla .

Luego de siete meses de trabajo en las grietas que presentaba la iglesia de Santa María de la Asunción, este espacio litúrgico reabrió y recuperó su normalidad. No obstante esto no es igual en otros cinco espacios que la organización apoya.

Santo Domingo y Santa María de la Asunción en Izúcar de Matamoros ; Santa María y Santa Ana Tamazola, en Jolalpan ; San Nicolás, en Huehuetlan el Chico ; y Santiago, en Mitepec , son los seis de 19 templos que llegaron a la tercera etapa de reconstrucción a nivel estructural.

El arquitecto Antonio López Willars , quien coordina los trabajos en los que apoya la fundación, aseguró que su labor consistió en adelantar los primeros pasos en la restauración para que continuara el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con sus recursos.

Fue así que los templos atendidos contaron con sus primeros estudios y prácticas para evitar que sufrieran más daños o corrieran riesgo de derrumbe con un nuevo temblor.

De esta manera se visitó esta comunidad, donde hay templos cuyos fragmentos siguen en el suelo mientras otros llaman a misa con la tercera campanada.

Ejemplo de daños más severos estaban manifiestos en la Capilla de la Luz , espacio que está cruzando la plaza pública de Izúcar tenía en el piso los restos que se cayeron de su bóveda. La situación se repite en el templo de San Juan de Dios, donde se ven los estragos del sismo.

Otro de los templos de Izúcar que contó con daños severos fue la Parroquia de Santiago Apostol , el cual fue uno de los lugares que tuvo más daños.

De esa Parroquia fue de donde salió la escultura de Santiago Apostol , la cual quedó en ruinas el 19 de septiembre y tuvo que ser enviada a la Ciudad de México , donde especialistas del INAH la restauraron. Al ser el santo patrono de la comunidad, los habitantes de Izúcar despidieron la imagen entre música, verbena y lágrimas.

Otro de los templos que son atendidos en Izúcar de Matamoros es el de Santo Domingo, en el cual la restauración es más complicada que en Santa María de la Asunción.

El ex convento es una joya arquitectónica construida por la orden de los dominicos alrededor de 1552 . Se dedicó al culto en 1612 y en su interior está un retablo de estilo chirrigueresco laminado en oro donde se encuentra la imagen de Santo Domingo de Guzmán , aunque tras el sismo la nave principal del templo quedó sin imágenes religiosas.

Según una página de la Secretaría de Cultura y Turismo de Puebla , en el lugar José María Morelos y Pavón y Mariano Antonio Matamoros invitaron a la gente para sumarse al movimiento de Independencia.

Los trabajos consistieron en apuntalamiento con metal en el exterior y el interior de la parroquia. De acuerdo con el ingeniero Francisco Jiménez , la bóveda del recinto tiene un 40 por ciento de daños, mientras en su fachada tiene 20 por ciento.

Se estima para la restauración total del ex convento de Santo Domingo serán necesarios 70 millones de pesos

. El apuntalamiento se hizo para garantizar que la estructura de finales del siglo XVI e inicios del XVII no se debilitara. Para esto se trajo de la catedral de Puebla acero que ya se había acabado de usar.

El apuntalamiento , para el que se invirtieron un millón 988 mil 79 pesos , se realizó con un total de 30 toneladas de acero para sostener la parroquia y evitar que sufriera más daños con réplicas o nuevos movimientos telúricos.

La nave principal de Santo Domingo está abarrotada de metal. Las grietas corren por todas las paredes donde antes había imágenes y que hoy son resguardadas en una habitación del conjunto arquitectónico.

La única luz que entra al templo abarrotado con metal es el sol

. La esperanza no decrece, pero ante el reto de los 70 millones de pesos necesarios, y el tiempo que tardaría su restauración, el panorama se complica .

Las figuras de los santos y vírgenes están reunidos en una esquina. Levantando los brazos y con miradas penitentes o de gloria, recuerdan el sentimiento que se ve en los rostros de los habitantes de la comunidad.

" Justo en esta zona es muy fuerte la religiosidad. Sucedió el sismo, pero la vida no se para ; la gente se sigue casando, se quiere bautizar; celebrar sus XV o tres años, sus graduaciones", sostuvo el padre Santiago del templo de Santo Domingo para destacar la fe de las personas.

Las ceremonias se siguen efectuando en la comunidad aunque no dentro de los templos dañados, sino en una de las 40 capillas temporales que fueron montadas en el exterior de las iglesias a partir de un donativo de 5 millones de pesos.

Izúcar de Matamoros respira un año después del sismo del 19-S. Allí, a un costado del Portal Hidalgo, palacio municipal de la localidad, la Parroquia de Santa María de la Asunción se alza de amarillo y lanza un mensaje de esperanza a quienes pasean en su plaza central.

El rostro de la tragedia en la mixteca poblana

Las historias en torno a lo que aconteció aquel 19 de septiembre se escucha entre los pobladores no solo de la mixteca, sino también de la capital del estado. Parecieran historias fantásticas, pero el silencio y la seriedad de sus palabras demuestran que son tan reales como las grietas en relojes, campanarios y casas.

Inolvidable es lo que pasó en la iglesia de Santiago Apóstol en Atzala , Puebla, una de las regiones más distantes de la capital. Allí se celebraba el bautizo de una pequeña de tres meses.

En medio de alegría la familia estaba reunida para festejar el ingreso de la menor en la fe católica. Sin embargo ocurrió el sismo cuando se oficiaba la misa. El inmueble no soportó, aplastando a 12 miembros de la familia que de inmediato perdieron la vida.

En el mismo tenor el arquitecto Antonio López Willars recuerda la tragedia ocurrida en Santa Ana Tamazola, en Jolalpan. Ahí un accidente terminó con la vida de una señora.

La mujer asistió a la parroquia para encontrar consuelo divino y orar. Sin embargo el silencio se rompió cuando, se dice, la señora salió del templo para seguir sus oraciones y del cielo le cayeron los elementos de parte de la torre del campanario, lo que culminó con su vida

En Izúcar de Matamoros el párroco Ramírez Moreno sostuvo que el ánimo de los habitantes era como si alguien hubiera muerto. Ese fantasma permea la mixteca poblana, donde los templos esperan los fondos del seguro para su reconstrucción, pero las vidas humanas quedaron inmortales con su final.

nrv

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