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“La desigualdad es producto de muchos siglos de una cultura de privilegio que ha prevalecido en América Latina y el Caribe”, dice la bióloga mexicana Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), quien participó esta semana en el ciclo Grandes Maestros que realiza la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM.

“Somos la región más desigual del mundo, y tenemos que abordar el tema de las desigualdades desde sus orígenes, y por eso lo asociamos a la cultura del privilegio porque es la que, en cierta forma, naturaliza la desigualdad. La desigualdad conspira contra el buen crecimiento de la sociedad y de las empresas”.

¿Los gobiernos de México atienden la ciencia?

Se está invirtiendo poco en ciencia y tecnología, en investigación para el desarrollo. Se ha hecho un esfuerzo importante, hay instituciones sólidas como Conacyt, pero falta un esfuerzo mayor de inversión, hoy sólo se invierte alrededor de 0.4% del PIB, quizás un poquito más, se había propuesto al inicio de este gobierno llegar al 1%, no se llegó, es importante también convocar al sector privado.

Creo que México tiene instituciones fuertes como la UNAM, el Politécnico, universidades estatales, privadas, que deben participar más.

¿Qué le toca hacer a los propios científicos?

La investigación básica es muy importante también. México tiene que estar, desde luego, en la frontera tecnológica y científica y, por lo tanto, siempre hay un núcleo de investigación básica que es fundamental. México ha creado instituciones muy potentes; está el Conabio, el doctor José Sarukhán y su equipo han hecho un trabajo espectacular para poder entender mejor el valor que tiene la biodiversidad... para hacer una mejor productividad agrícola, por ejemplo.

Hay un vínculo entre la ciencia y la producción que debemos explorar, la investigación básica es fundamental en el conocimiento de la medicina, la genética, la física, inclusive de la astronomía.

¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de México en el tema del medio ambiente?

México es uno de los países más ricos en materia ambiental, tiene una enorme riqueza, es megadiverso, con una gran variedad ecosistémica; México tiene que proteger más los recursos potentes que tiene, como el maíz. Pero la de Julia Carabias, fue una época de oro en el tema ambiental. Se ha avanzado mucho en contaminación ambiental y se ve que hay camino para resolver los problemas que aún hay.

Temas pendientes: el transporte; tenemos que ir hacia uno que sea de calidad y cada vez más diverso y accesible y que vaya sustituyendo el transporte privado.

Hay que ir más hacia una agenda urbana con sostenibilidad ambiental donde los edificios por ejemplo sean más proclives a la absorción de la energía solar, más sostenibilidad, hay muchos avances tecnológicos para poder transformar nuestras ciudades en centros más ambientalmente sostenibles. Que haya inversiones públicas y privadas con un gran impulso ambiental, respetando la economía circular, el reciclaje por ejemplo, deberíamos ya rechazar el uso del plástico. Ir hacia la energía renovable, México ya está generando energía eléctrica con energía renovable. Esa es la dirección: grandes inversiones sí, pero inversiones sostenibles, que afecten menos el medio ambiente y que propicien una sostenibilidad ambiental. No es fácil, pero México tiene los recursos suficientes. Tiene que cuidar el agua; el agua va a ser uno de los recursos más escasos del futuro, y para ello deberá proteger los bosques y la biodiversidad.

La equidad de género, ¿considera que es todavía uno de los grandes pendientes del país?

Creo que sí. La desigualdad en general en México es un problema, hay que abordarla desde todas las perspectivas, es uno de los temas más relevantes para poder avanzar. Hay que lograr la autonomía económica de las mujeres, que haya igualdad de educación, de salarios, de oportunidades y de empleo; que tengan más acceso al crédito, a la propiedad, los activos. La inclusión de género es fundamental en la autonomía economía, en la autonomía física —que nos llevaría a combatir la violencia de género— y darle más derechos sexuales y reproductivos a las mujeres y mayores libertades para evitar, por ejemplo el embarazo adolescente, y combatir de frente la violencia contra la mujer y el feminicidio. Por último está la participación de las mujeres en el ámbito de la toma de decisiones, en el ámbito político, en el de la ciencia, mayores oportunidades para que se eduquen, y en las empresas.

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