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Guadalajara. —Si ustedes me agradecen esto, ¿qué me dejan a mí?”, dijo una Ida Vitale emocionada al otro lado del teléfono, desde Montevideo, a donde recién regresó hace tres semanas y se ha instalado en su casa desde la que ve el mar. La sorpresa y el deseo de agradecer se lo da de nuevo México al otorgarle el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2018. “No tengo palabras, pero es natural que esto me llegue de México. Casi todo lo bueno me viene de México, todavía”.

La poeta y traductora uruguaya, nacida el 2 de noviembre de 1923, ha sido reconocida con este galardón por unanimidad porque representa una fuerza poética en el ámbito de la lengua española. “Lúcida y atenta al acontecer humano en la palabra y a partir de ella su depurada voz poética, apegada al mundo natural, a las expresiones artísticas, y al transcurrir del tiempo vivido, sabe renovar la tradición y afirmar su presencia en la modernidad”, señala el Acta del Jurado.

Vitale, quien recibirá el galardón el 24 de noviembre en la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, es reconocida por su curiosidad insaciable que se expresa en una fina ironía risueña, una mirada a veces directa, a veces tangencial, que recupera y reinventa las cosas, y nos las hace ver de otra manera.

Ríe, se le escucha feliz de recibir el premio, de hablar de Octavio Paz, de poesía, de México, país que ama como a ningún otro; se le oye contenta al mencionar ese libro con el que agradecerá a México, y que llamará Shakespeare Palace en honor a la casa donde vivió 11 años en la calle de Shakespeare, en la colonia Anzures.

“Este galardón es una sobrevida, podía haber desaparecido del mundo de los libros hace un tiempo, esto es como una prolongación y me da un poco de energía para cumplir… tengo que cumplir con México, con un libro que se quedó suspendido justamente cuando murió Enrique (Fierro, su esposo)”, dijo la autora de La luz de esta memoria y Procura de lo imposible.

Ida Vitale tiene planes a sus 94 años. La conclusión de su libro sobre México, “porque me hicieron la vida durante 11 años, no tengo gratitud para otro país del mundo. Ojalá México siga siendo un refugio para los que andan un poco perdidos por el mundo. Van a seguir encontrando los brazos de México”. Y agrega que quiere hacer dos o tres libros más.

Obra viva y vigente. Efraín Kristal, integrante del jurado junto con Carmen Musat, Héctor Abad Faciolince, Luz Elena Gutiérrez de Velasco Romo, Elena Stancanelli y Valerie Miles, dice que la obra de Vitale está más que vigente y reconocerla era un faltante. Ella es apenas la cuarta mujer en recibir el galardón en 28 años de existencia. Las otras tres son Nélida Piñón, Olga Orozco y Margo Glantz.

Kristal afirma que Vitale es una de las grandes voces de la poesía en lengua española que no recibió el reconocimiento amplio que siempre mereció. Asegura que lo fascinante de ella es la manera en que absorbe las tradiciones de la lengua española, dialoga con tradiciones extranjeras, las depura y “emerge una voz inquietante que afirma el modo natural, el transcurrir del tiempo, la vida a su manera, y al mismo tiempo es una figura que formó parte de muchos diálogos, debates, eventos en la literatura latinoamericana de lengua española que no fue reconocida. Me parece que darle el premio es también reconocer el trabajo de tantas mujeres del pasado que contribuyeron de una manera tan decisiva a la literatura”.

Dijo además que el tema principal de la poesía de Vitale es el contacto con el mundo natural, con el transcurrir del tiempo para reinventar nuestra comprensión de lo que lo significa ser humano. “Hay obras que tienen un momento y hay obras que sobreviven el momento en que se publicaron y el caso de Ida Vitale es doble, su obra nació en un momento y sigue siendo vigente”.

La poeta perteneció a la llamada Generación del 45, estudió humanidad y fue profesora hasta 1975, cuando la dictadura militar la orilló a exiliarse en México, lo que le permitió un encuentro con Octavio Paz, con las revistas Plural y Vuelta; y descubrir a otros poetas, como Efraín Huerta.

“Lo único feo de esa historia de moverse mucho es que uno crea necesidades humanas y luego tiene que irse a otro lado, volvimos al Uruguay cuando todo se normalizó más o menos, pero en México están mis grandes amigos, esta es una coronación más. He puesto muchas coronitas arriba de mi relación con México”, señaló la autora que también ha recibido el Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo y el Reina Sofía de poesía Iberoamericana.

En el anuncio del Premio que está dotado de 150 mil dólares participaron Raúl Padilla, presidente de la FIL; Marina Núñez Bespalova, en representación de la secretaria de Cultura; Miriam Bachez, secretaria de Cultura de Jalisco; y Miguel Ángel Navarro, rector de la Universidad de Guadalajara.

Se declaró alejada de la vida literaria desde que murió Enrique Fierro, su marido, escritor y crítico literario, en 2016. Y dijo estar lejos de las letras y los escritores. Sin embargo se mantiene viva a través de la poesía y la lectura.

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