El incendio del Museo Nacional de Brasil causó "una pérdida irreparable" a las culturas indígenas, comparable "a la invasión europea de 1500", afirmó José Urutau de la etnia guajajara, lingüista e investigador en la institución, que asistió impotente al avance de las llamas desde la cercana aldea Maracaná.

La población indígena "es atacada desde 1500 y este es un ataque a la memoria de los pueblos originarios y a la lengua (...). Fue un lingüicidio, un epistemicidio, cuando se extermina todo el conocimiento, toda la cultura de un pueblo", dijo Urutau a la AFP.

El Museo Nacional

contaba con unos 40 mil objetos de 300 pueblos indígenas y era sede del Centro de Documentación de Lenguas Indígenas (CELIN), que tenía "el mayor acervo de registro de lenguas indígenas a nivel nacional e internacional", detalló.

El incendio del Museo Nacional de Brasil, un nuevo etnocidio cultural
El incendio del Museo Nacional de Brasil, un nuevo etnocidio cultural

Vista general del Museo Nacional de Río de Janeiro. Foto: Antonio Lacerda/ EFE

"Estábamos aquí en un ritual (...) cantando, bailando, cuando vimos el edificio que estaba en llamas. Los guerreros tomamos algunos baldes y fuimos para allá pensando que todavía se podría apagar el fuego", contó José Urutau, quien al llegar al Museo la noche del domingo sólo pudo observar cómo se consumía el histórico edificio .

Esa tragedia significó la destrucción "casi completa o total del acervo de poblaciones originarias del territorio nacional. Eso nos afectó a todos", agregó.

"Es una pérdida irreparable, como si fuese la propia invasión europea en 1500", en referencia al año en que los primeros navegantes portugueses llegaron al actual territorio de Brasil.

"Es un acervo de más de 500 años de memoria, no se puede calcular el tamaño de la pérdida", señaló. "Es como si hubiéramos sido asesinados de nuevo, el asesinato es la muerte de la propia lengua, de la propia cultura, de la propia memoria".

"Desde el punto de vista de la preservación de la memoria y la cultura de los pueblos indígenas es una tragedia sin precedentes", coincidió Wallace Moreira Bastos, presidente de la gubernamental Fundación Nacional del Indio (Funai).

"Estamos intentando entender cómo vamos a hacer de ahora en más (...). Es una pérdida irreparable, no hay cómo recuperar ese acervo perdido", dijo Moreira en una entrevista telefónica con AFP.

José Urutau Guajajara llegó a Rio de Janeiro desde Maranhao

en la década de 1990 para estudiar. Actualmente ocupa junto a unos 40 indígenas el antiguo terreno del Museo del Indio, vecino al estadio Maracaná.

Son unos 800 m², bautizados "aldea Maracaná", que incluyen un enorme y antiguo caserón venido a menos que debía ser derrumbado para dar paso a un estacionamiento para el Mundial de 2014.

"Parte del registro del genocidio de los pueblos originarios estaba en este lugar", contó. En la década de 1970, el museo fue trasladado al barrio de Botafogo.

Los indígenas se instalaron en 2006 en la antigua mansión y el terreno aledaño y pretenden recuperarlos para instalar allí un centro de acogida e investigación, que hasta podría recibir departamentos del Museo destruido.

"No tenemos estructura, pero creo que podemos crear esa estructura con especializaciones en educación indígena, lenguas indígenas, antropología y derechos indígenas", señaló José Urutau.

Sin descartar esa opción, Moreira Bastos señaló que el Museo del Indio en Botafogo, con unas 16.000 piezas etnográficas, "tal vez sea el camino más probable para continuar ese trabajo".

El Museo del Indio

se encuentra cerrado al público desde julio de 2016 debido a "obras de adecuación de seguridad" y de "prevención y combate a incendios", aunque continúa con su trabajo de investigación, precisó Arilza de Almeida, directora sustituta de esa institución.

akc

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