Cuando los museos no tienen para comprar arte
¿Cuántas obras adquiere un museo a lo largo de un sexenio? ¿Cuántas obras pasan a sus fondos a través del programa de retribución social del Fonca –del que mucho se ha hablado en estos días? ¿Cuántas son donaciones y cuántas llegan a través de Pago en Especie, que se celebra con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público? La más reciente exposición en el Museo de Arte Carrillo Gil, Sumatorio, que sin evento inaugural abrió al público el pasado sábado, es un llamado a la reflexión sobre cómo se están integrando en los últimos años las colecciones de arte en los museos: las políticas, las maneras de conformar esas colecciones y la pobre o casi nula compra de arte para estos recintos públicos. Porque de 62 obras de 41 artistas, que integran Sumatorio —que llegaron a ese museo entre 2014 y 2018—, la retribución social de creadores del Fonca es la base principal de ese acervo con 44 piezas; luego, a través de Pago en Especie, sólo hay dos piezas, mientras que por adquisición, también sólo fueron dos. El tema es pertinente, en medio del debate sobre la reestructuración del Fonca, pero también porque el rubro de adquisición de obras de arte no existe en el Presupuesto y menos en las posibilidades del INBA que este año tiene menos recursos.
El funcionario del INBAL que no quieren
Mientras se firman convenios con otras Secretarías, al interior de diferentes áreas de la Secretaría de Cultura continúan la incertidumbre y las manifestaciones. La más reciente es la que se desató en el Instituto Nacional de Bellas y Literatura, bajo la dirección de Lucina Jiménez, porque un grupo de trabajadores pide que sea destituido el abogado Pedro Fuentes Burgos, responsable de la Subdirección General de Administración. Los demandantes alegan que es un funcionario relacionado con “actos de corrupción, injerencia en la vida sindical, intimidación al personal de base, confianza y honorarios”, y lo acusan de “amedrentar al personal de base con uso de la fuerza policiaca”. Entre que son peras o manzanas, en el INBAL no están nada contentos. ¿Será que pronto alguien le hace compañía en la banca al escritor Mario Bellatin, quien presentó su renuncia al Fonca?
El repelús y las maneras de Taibo II
A Paco Ignacio Taibo II no sólo le sigue dando repelús la crítica que viene de la que llama la “sociedad pirrurris”, es decir, las voces críticas, las personas e intelectuales que cuestionan los precios baratos en los libros —incluso en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán dijo: “Yo no sé qué les pasa a los intelectuales de derecha que no les cae el veinte de que perdieron las elecciones y entonces cuando dijimos ‘vamos a bajar el precio de los libros’ enloquecieron”—, también, nos cuentan, le causan bastante repelús los actos públicos en los que tiene que fungir como funcionario y representante de la administración federal. Incluso es tan a contracorriente de los actos protocolarios que jamás se pone de pie para saludar a gobernadores, rectores y secretarios en un acto como la inauguración de una feria del libro; además, es el primero que huye de las ceremonias.