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El retratista Chema Rodríguez, originario de Sevilla, España, ha pintado a poetas, periodistas, amas de casa, niños, médicos, cocineras, profesores, y hasta al rey Felipe VI de España; de cuyas hijas, la princesa de Asturias, Leonor, y la infanta Sofía, ha hecho algunos dibujos. Además ha retratado a la princesa Victoria de Suecia y a la reina actual de Holanda, Máxima Zorreguieta.

“El retrato es una oportunidad de encontrarme con otra persona que, humildemente, acepta que yo decida con una imagen quién es. No debería ser importante el nombre de quienes aparecen en mis obras, me gustaría que el hecho de retratar a un rey no fuera decisivo para analizar mi trabajo, porque es igual de importante un rey que una madre que todos los días sale a conseguir la comida de sus hijos”, explicó en entrevista tras presentar algunas de sus obras en la Galería Baga 06, ubicada en la colonia Guadalupe Inn.

Añadió que el retrato debe captar el alma de la gente, no sus características físicas. Lo que debe plasmar, dijo, es la expresión. Sin embargo, el trabajo más difícil es cuando delante de él hay una persona que miente. “El mentiroso es el más peligroso, el que más trabajo cuesta representar”, refirió.

Rodríguez compartió que decidió convertirse en retratista cuando descubrió que, a través de los demás, él se completaba. Es un trabajo que siente personal: “El retrato es un paisaje interior”.

Una constante al momento de trabajar es la preocupación de no sacar la gran riqueza del modelo. “Es un reto. Yo tengo que sacar la historia de bondad, de maravilla y de perfección que todo ser humano tiene”.

La obra que del artista se exhibe en Baga 06 hasta el 30 de octubre consiste en 10 retratos especialmente de toreros. “Para captar el tema taurino reduzco la paleta de colores para evitar reclamos visuales. Para representar las emociones que encarna el torero en cuatro horas de sacrificio, decidí quitar de un pincelazo todos los colores brillantes”, dijo en relación a su obra Seis toreros seis.

Respecto a los retos que implica retratar a la realeza, comentó: “Muchas veces ha sido difícil por mi parte y otras porque esas personas son muy diferentes a lo que yo he podido trabajar y controlar. Entiendo que quizá sea un poco por la diferencia de cultura. Un rey o una reina deben representar su papel”, afirmó. Finalmente sostuvo que el retrato es una especie de salvación.

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