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El arte urbano en sus expresiones como el grafiti y puesto de manifiesto en el muralismo es un agente social que transforma entornos. Una tarea que confirma el proyecto Central de Muros, que en su segunda fase busca rescatar la belleza de la Central de Abasto y al mismo tiempo concientizar a la sociedad respecto a acciones que van desde recoger la basura hasta impulsar el arte en los niños.

Mientras que en la primera etapa, que inició en septiembre de 2017, se pintaron 24 murales con motivo del 35 aniversario del mercado más grande del mundo, para la segunda fase del proyecto, impulsado entre otros por el Centro de Información de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), esperan entregar 32 obras de 6.6 metros de altura por 20 metros de ancho, en las que más de 50 artistas urbanos nacionales e internacionales imprimirán su estilo.

En esta segunda fase, Central de Muros ha pasado a formar parte de los objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU que trabaja en una sociedad cultural sostenible, y que ha provocado acciones concretas como la disminución significativa de basura y el interés de los niños por el arte.

“El arte es una política estratégica para el avance de las sociedades y este proyecto de arte urbano concientiza a las personas en distintas acciones de cambio. Los objetivos del Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 son cada vez más cercanos con este proyecto y el grafiti y el muralismo tienen el poder de comprometer a la sociedad con su entorno”, señaló Cristina Arghetta, representante de la ONU en México.

Pese a no contar con datos concretos o estadísticos sobre la disminución de inseguridad que ha logrado este proyecto artístico, la curadora Itze González aseguró que es un hecho y puso de ejemplo que hasta el momento ninguno de los murales ha sufrido algún daño por parte de la comunidad porque en su creación se involucró a la sociedad. “Ningún mural ha sido vandalizado porque las personas se han apropiado de las obras puesto que participaron en el proyecto y en los espacios añadiendo cada uno su perspectiva”, compartió.

“La convocatoria fue abierta y la lanzó We Do Things (WDT), una agencia de la que soy cofundadora y que busca realizar arte con responsabilidad social, por lo que nos ayudó a seleccionar a los artistas que participarían junto con Julen Ladrón, nuestra gestora cultural”, informó Itze González.

Entre los artistas seleccionados para esta segunda etapa se encuentran el japonés Kenta Tori y los mexicanos Santiago Espinosa y Haus, quienes en la primera etapa plasmaron imágenes con distintas técnicas alrededor de elementos comunes en la Central de Abasto, como diableros, frutas, animales y niños, y para los cuales tardaron aproximadamente una semana en la creación.

A propósito de las políticas migratorias de Donald Trump, en las que el muro representa una separación, uno de los creadores de los murales, Santiago Espinosa, lamentó que en Estados Unidos el presupuesto para la cultura haya sido recortado sustancialmente y puntualizó que el arte es el arma contra todo autoritarismo. “Es innegable que la cultura siempre será enemiga de los autoritarios porque no quieren que la gente cuente con conciencia, que es algo que queremos generar con Central de Muros”, dijo.

La creación de los murales incluye dos talleres artísticos para la restauración del tejido social, uno para niños, y el segundo para la comunidad, en los que hay una abundante participación de comerciantes de la propia Central de Abasto.

En Central de Muros esperan que para fin de año se completen 63 murales elaborados con diversas técnicas; a través del uso de pintura vinílica y aerosol, buscan convertir a la Central en la galería de arte urbano al aire libre más grande del mundo.

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