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Después de pasar por el Barbican de Londres, al visitante no le quedará la menor duda de que el fascinante Jean-Michel Basquiat, sin haber sido una estrella de rock, pertenece al selecto grupo de leyendas integrado por Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Cobain y Amy Winehouse.

De padre haitiano y madre puertorriqueña, murió por sobredosis de heroína a los 27 años de edad y su corta existencia la vivió con gran intensidad, prácticamente todas sus obras maestras fueron creadas en un periodo de cinco años.

Pero más allá de cumplir con el criterio de la muerte prematura, pertenece a este club por ser autor de una obra de inagotables posibilidades y creador de un estilo auténtico, juvenil, que no pierde actualidad y que sigue siendo fuente de inspiración.

Precisamente es en el contexto de esa genialidad que el Centro de Arte Barbican presenta la primera retrospectiva en Gran Bretaña dedicada a Basquiat, un artista que comenzó usando su pincel como arma de denuncia en los muros de Nueva York y terminó creando obras consideradas tesoros en museos y galerías de clase mundial.

La muestra Basquiat: Boom For Real la evolución del trabajo del primer artista plástico negro que ocupó la portada de The New York Times (del arte callejero a las galerías, del anonimato a la identidad, de rebelde a famoso), sus fuentes de inspiración y el contexto cultural en el que desenvolvió su pasión.

También su relación con los medios de comunicación, su gran habilidad para venderse y la conexión con algunos de “sus héroes”, entre otros, Leonardo da Vinci, Titian, Edouard Manet, Pablo Picasso y los artistas de arte popular afroamericano Sam Doyle y Bill Traylor.

Los curadores sostienen que “posiblemente lo que conecta a éstos personajes tan diversos con Basquiat es el interés en la idea de un estilo artístico personal y la determinación de reconocer la importancia e influencia del arte no-occidental”.

Pero ante todo la muestra exhibe los diversos rostros del afroamericano nacido en Brooklyn en 1960y los ambientes en los que se desarrollaron: Basquiat artista urbano, poeta, diseñador, músico experimental, actor de cine y celebridad entre la bohemia neoyorquina de principios de los años ochenta.

Comisariada por Dieter Buchhart y Eleonor Naire, la muestra está dividida en 14 ámbitos temáticos. En uno de ellos se explora la amistad y el trabajo con el artista Andy Warhol; en otro la evolución del legendario tag: SAMO (de Same Old Shit, la misma mierda de siempre), creado cuando abandonó el hogar a los 17 años.

Igualmente exhibe valioso material de video, como la íntima entrevista realizada en junio de 1985 en el Hotel L´Ermitage en Beverly Hills, y Downtown 81 (2000), una película que constituye un auténtico documento de la vida cultural en Nueva York de principios de los ochenta y en la que desempeño el papel estelar a los 19 años.

En total, la exposición cuenta con un centenar de sus mejores obras, como King Zulu, Hollywood Africans, y Dos Cabezas, en la que aparece con Andy Warhol.

Tras la visita a la muestra flota inevitablemente una pregunta. ¿Por qué Londres tardó casi tres décadas en dedicarle su primera gran exhibición? Se debe a que “ante los ojos de los ingleses, Basquiat, era algo feo.

No veían la profundidad en su obra. Pensaban que un niño podría haber hecho lo mismo. Pero lo mismo dijeron de Warhol y Pollock”, escribe Michael Holman, amigo del artista y guionista de la película Basquiat (1996).

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