Los “despistados” no andaban perdidos: como lo anticipó desde el jueves el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, el presidente Peña Nieto sí se dejó llevar por los “elogios y aplausos” de su poderoso canciller y decidió que el candidato del PRI a la Presidencia de la República será un no priísta como José Antonio Meade Kuribreña. Hoy a las 10:00 a.m. Meade renuncia a la Secretaría de Hacienda y se consuma el ritual del viejo partido; que no sale totalmente unido, ante la inconformidad de grupos internos que ven “imposición” de Videgaray en la decisión sucesoria de Peña y se quejan de “maltrato e inequidad” a los militantes priístas, al imponerles un sinfín de requisitos en una convocatoria hecha a la medida de un externo, a quien le piden mínimos requerimientos.

Desde el viernes pasado, a lo largo del día, Peña llamó, uno a uno, a los aspirantes a Los Pinos. Ahí, en privado, le comunicó a Miguel Osorio Chong, José Narro Robles, Aurelio Nuño y Enrique de la Madrid, por separado, su decisión de postular al “mejor candidato” para el PRI en 2018, y les dijo que no eran ellos. “Es mi decisión y les pido su disciplina y lealtad para apoyar al candidato y llegar unidos a una elección muy competida”, les dijo a los que no serían.

Entre el viernes y domingo comenzaron los descartes públicos y las señales. José Narro, de gira en Zacatecas ese día, respondió parco a reporteros que le preguntaron sobre sus posibilidades: “Uno tiene que entender que los partidos tienen sus métodos para seleccionar. No se trata nada más de querer, se trata de ver si uno puede. Uno tiene que ser muy honesto y muy responsable y ver si no hay alguien más que tenga mejores posibilidades”, dijo el secretario de Salud, que sabía que la decisión no le favorecía.

Fue la misma información la que llevó la misma noche del viernes a Miguel Ángel Osorio Chong, el último en ser recibido por Peña en Los Pinos, a reunir a sus principales colaboradores para darles la noticia: “El presidente ha tomado su decisión y no nos favorece. Me voy a disciplinar y a apoyar al presidente y al candidato que él ha elegido”, les dijo el secretario de Gobernación a los suyos esa noche de caras largas en Bucareli.

Por eso ayer domingo Eruviel Ávila soltó los nombres de Aurelio Nuño, Narro, Enrique de la Madrid y Adrián Rubalcava, como “posibles candidatos” del PRI a la Jefatura de Gobierno de la capital.

No fue casual que el sábado empezara a circular en redes sociales un video donde, sin identificarse, grupos inconformes del PRI se quejan de “inequidad” en la convocatoria de su partido y denuncian “facilidades” para un “candidato externo” al que piden requisitos mínimos, mientras a los militantes les piden firmas, apoyos y trabas para dificultar su registro. “Es traición a los militantes del PRI”, se quejan en el video. En otro escrito, también en redes y chats de whatsapp, priístas anónimos dan el pésame a su partido en una esquela donde lamentan “la pérdida de sus militantes en todo el país” y le dan condolencias a Peña Nieto y a Videgaray “por perder a todos los militantes de su partido al invitar a un ciudadano a ocupar la candidatura del partido de Plutarco Elías Calles”.

Al final, es un hecho que en la forma todo el priísmo se disciplinará a partir de hoy a las 10 cuando José Antonio Meade se convierta en precandidato al renunciar a Hacienda y, tras su registro esta semana, en futuro candidato del PRI. Pero al interior, sin atreverse a hablar públicamente por miedo al poder presidencial, hay priístas de cúpula que sostienen que fue Videgaray quien decidió la sucesión, que Peña se sometió a la imposición del canciller, y que, aunque muchos no lo expresen abiertamente, la inconformidad con un candidato que esos grupos “duros” del priísmo identifican más cercano al PAN que al priísmo, provocará una forma de ruptura silenciosa que llaman “huelga de brazos caídos”.

Por lo pronto el dedo ha hablado y Meade Kuribreña —“haiga sido como haiga sido”— será candidato tricolor con todo el apoyo del gobierno y porque así lo quiso el que decide. La pregunta es ¿quién fue el que decidió?

NOTAS INDISCRETAS…

Y mientras la maquinaria del PRI ya se echa andar, en el Frente Ciudadano por México tratan de tapar grietas que anuncian derrumbe. La rebeldía de Miguel Ángel Mancera, quien desde el 17 de noviembre en una comida les dijo claramente a Ricardo Anaya, Alejandra Barrales y Dante Delgado que él no aceptaba el “reparto de posiciones” que le propusieron en esa comida (PAN a la presidencial, PRD a la CDMX y MC a Jalisco) y que exigía “método abierto”, está tensando al máximo al Frente. Al grado de que a Mancera ya lo convencieron de que puede ir él solo como presidencial del PRD, con el apoyo de Nueva Alianza, el Verde y hasta el PES para formar su propia alianza y competir tanto a nivel federal como en la CDMX ¿Se rompe el Frente?..Los dados mandan Escalera. Sube para el destapado y baja para los descartados.

sgarciasoto@hotmail.com

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