La sobrevivencia de Margarita Zavala como candidata presidencial independiente única sólo fue posible gracias a un complejo entramado de intereses entre la administración Peña Nieto, el grupo político disidente en el PAN, encabezado por el ex presidente Felipe Calderón, y distintos personajes en el Instituto Nacional Electoral (INE).

Esta historia puede desnudar la existencia de un rasero desigual y una notable discrecionalidad al interior del INE en el procesamiento de candidaturas independientes de todo tipo; rígido en algunos casos, complaciente en otros. Casos documentados han empezado a integrar demandas ante el tribunal federal electoral que, otra vez, podría enmendar la plana a los consejeros electorales.

Como le anticipé el martes pasado, en el INE se valoró descartar las tres candidaturas independientes que, pese a numerosas denuncias de irregularidades, habían llegado hasta la etapa final. Ello suponía sepultar las aspiraciones de la señora Zavala de Calderón junto con las de Armando Ríos Piter y el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez.

Estas irregularidades fueron conocidas por el INE muy tempranamente, como se alertó aquí hace casi dos meses () con un reporte sobre grupos dedicados a la venta de presuntas firmas de adhesión valiéndose de diversas artimañas, entre ellas el aparente acceso a la lista nominal de electores, lo que sólo es imaginable con la connivencia de autoridades del sector.

En la determinación de cancelar esas candidaturas pesaban desde luego las evidencias abrumadoras de que los tres habían incurrido en irregularidades durante la recolección de firmas. Pero tal decisión unificaba también a facciones del INE que en otros casos se han confrontado. Ahora coincidían en limpiar el camino para coaliciones formadas por partidos tradicionales con los que se identifican. En particular, consejeros de alto peso veían con buenos ojos eliminar a Zavala de Calderón, pues ello apuntalaría al abanderado Ricardo Anaya.

Fuentes consultadas por esta columna indicaron que la salvación de Margarita fue lograda mediante una operación que funcionó en dos niveles, fuera y dentro del INE. Al exterior, supuso negociaciones entre Felipe Calderón y el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, que confirmaron la cercanía entre el ex mandatario y el equipo de Peña Nieto surgida desde una muy temprana etapa de la campaña presidencial de 2012.

Al interior del INE, el manejo estuvo a cargo del poderoso consejero electoral Benito Nacif, quien encabeza la Comisión de Partidos Políticos y Prerrogativas, la aduana para avalar las candidaturas independientes, entre muchas otras tareas de gran peso. Nacif es dentro del Instituto el hombre más cercano a Los Pinos.

Nacif Hernández (Matías Romero, 1965) ha tenido una sólida trayectoria académica y en el servicio público, al grado de que en 1989, con 24 años, ya participaba en el área de asesores de la Presidencia de la República, en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

Fue consejero electoral en la ciudad de México, y lo ha sido dos veces sucesivas en el ámbito federal, primero en 1988 en el antiguo Instituto Federal Electoral, al que arribó con el respaldo del Partido Acción Nacional. Al iniciar su segunda encomienda, en el ahora INE a partir de 2014, ya exhibía el acompañamiento del régimen, en particular de Miguel Ángel Osorio Chong, entonces secretario de Gobernación.

Testimonios recogidos dan cuenta que desde la oficina de Osorio se intentó impulsar en ese 2014 a Nacif como presidente del INE, pero las circunstancias se inclinaron en favor de Lorenzo Córdova, al que en el gobierno y el PRI se le atribuye cercanía con el PAN y en particular, con su ahora candidato presidencial, Ricardo Anaya.

A todo ello se habrían sumado las expresiones en el Instituto cercanas a Andrés Manuel López Obrador, para el que podría haber resultado incómoda la presencia en la contienda de Ríos Piter y de Jaime Rodríguez, El Bronco, un personaje que siempre contó con el aval de Los Pinos para minar la fuerza del político tabasqueño.

La virtual garantía de que Margarita Zavala aparecerá en la boleta presidencial en julio próximo debe entenderse entonces, como producto de un acuerdo entre el oficialismo y un bloque político encabezado por Felipe Calderón, que sostiene una cada vez más aguda confrontación con Ricardo Anaya.

Los que no están del todo claros son los alcances de este acuerdo y los escenarios que pueden derivarse del mismo. La expectativa de una eventual declinación de la señora Zavala en favor de José Antonio Meade, candidato del PRI-Panal-Verde, deja de lado que pocos simpatizantes de una candidatura independiente y en particular de Margarita la seguirían en un pacto con el abanderado del sistema.

Una alternativa sería apuntalar la causa del grupo Calderón para seguir minando a un Ricardo Anaya que cada vez luce más a la deriva, con un delgado respaldo aun dentro de su partido.

rockroberto@gmail.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses