El de los independientes puede pasar de ser un gran avance democrático a motivo de chunga —rebane y desmadre diríamos en Tepito— y hasta un retroceso peligroso y grotesco.

Los hay de todo: quienes no son conocidos ni en su casa; los que buscan sus 15 minutos de fama; los resentidos de sus partidos políticos; los que apuestan a una posibilidad remota o mafufa; los que creen que el país se los merece y tal vez alguno que otro redentor sideral que piensa sacarnos del infierno partidista en que se ha convertido nuestro país en los días recientes.

Por lo pronto, generan más dudas que certezas y por lo tanto un montón de preguntas: ¿quién está detrás de muchos de ellos? ¿A quién piensan beneficiar o perjudicar con su postulación? ¿Cuántos están conscientes de que será un ejercicio inútil? ¿Ninguno tiene miedo al ridículo? ¿Cuántos van por el dinero?

De entrada, llama la atención que superen ya la treintena los registrados hasta ayer, más los que se acumulen esta semana. Hay de todo: académicos, abogados, empresarios, una representante indígena y hasta algunos sospechosos de representar al crimen organizado.

En una contradicción evidente, ni las limitaciones de espacio ni la escasez de información sobre la mayoría de los aspirantes permiten analizarlos a todos. Pero, por supuesto, vale la pena comentar sobre algunos de ellos:

—Pedro Ferriz de Con es un ingeniero civil de profesión con maestría en matemáticas aplicadas que, sin embargo, ha dedicado la mayor parte de su vida al periodismo hablado alcanzando una indiscutible notoriedad y popularidad. Comunicador polémico, dejó cámaras y micrófonos para dedicarse a la política. Hoy por hoy, parece el más avanzado en esta modalidad. Ha recorrido buena parte del país promoviendo su candidatura y presume de más de 30 mil activistas cibernéticos que lo apoyan y difunden.

—Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, después de treinta años en el PRI, tiene como mérito mayor haber derrotado a su ex-partido en una espectacular victoria precisamente como independiente para alcanzar la gubernatura de Nuevo León que aún ejerce. El problema es que la conmoción causada por su hazaña democrática se ha venido desinflando como un fallido globo de Cantolla. Ni cumplió encarcelando a su acusadísimo antecesor Rodrigo Medina, ni ha hecho el gobierno de cambios radicales que sus seguidores prometieron. Pero él cree que con sus genialidades en Facebook le alcanza.

—Margarita Zavala de Calderón ha dejado el PAN, no por convicción, sino como un cálculo político. Alguien la convenció de que como independiente tiene más posibilidades. Sin ningún logro notable en su carrera pública, cuenta sin embargo con el apoyo —obviamente interesado— de su marido, así como de los beneficiarios de ese gobierno calderonista, empeñado en reciclarse. Se registrará en estos días ante el INE.

Tal vez sólo estos puedan cubrir el requisito de reunir las 866 mil 593 firmas en un plazo de sólo 120 días para competir formalmente como candidatos ciudadanos independientes en 2018 y cumplir su candoroso sueño: “Ah! si yo fuera presidente!”.

Pero ¿qué papel jugarán en la ferocidad de la contienda? ¿Quiénes se mantendrán y quiénes negociarán? De eso hablaremos próximamente.

Periodista.
ddn_rocha@hotmail.com

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