La asignación de candidaturas plurinominales de los principales partidos políticos se ha convertido en un salpicadero de excremento. La que más ruido ha hecho es la del líder minero autoexiliado en Canadá, Napoleón Gómez Urrutia , incluido por Morena en su lista para el Senado. Ninguna explicación, razonable o dogmática, lo limpia de ser uno de los tantos caciques corruptos surgidos en el apogeo del “charrismo” sindical del PRI , menos aún tras la acusación del desvío de 54 millones de dólares de un fideicomiso de los trabajadores mineros, que lo hizo huir del país hace doce años.

Curiosamente el PRI es el que más raja le ha sacado al hecho de que uno de sus engendros se asocie con el proyecto político de AMLO , lo que a la vez le permite voltear para otro lado cuando se trata de sus impresentables candidatos, igual los que ya aseguraron “hueso” que los que siguen en su desesperada búsqueda.

Un ejemplo es el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, quien mueve todos los hilos a su alcance para ser candidato a una diputación de mayoría por el tricolor, donde tampoco lo quieren por el desprestigio que le suma al ya de por sí desprestigiado “partidazo”. Pero el mueve sus piezas y amenaza con publicar desplegados contra el PRI y contra su candidato presidencial José Antonio Meade si no le dan la candidatura.

A mediados de octubre de 2009, la Suprema Corte de Justica , entonces bajo la presidencia del ministro Mariano Azuela, declaró culpable a Ulises Ruiz de violaciones graves a las garantías individuales de los oaxaqueños, durante el conflicto magisterial y rebelión social de 2006.

Dos semanas después, el Departamento de Estado norteamericano, entonces encabezado por Hillary Clinton, dio a conocer documentos clasificados del archivo de George W. Bush, expresidente de Estados Unidos, que revelaron que el gobernador de Oaxaca utilizó mercenarios para perseguir y someter a líderes y a la sociedad durante aquella crisis; y consideraron que Ruiz fue incapaz de dar una salida pacífica y negociada a un conflicto que cobró al menos 26 vidas y pudo haber incendiado al país.

En ese mismo sentido habría de pronunciarse más tarde la Comisión de la Verdad, que encabezaron el padre Alejandro Solalinde y el periodista Diego Osorno, y que acusó al ex gobernador oaxaqueño de haber cometido delitos de lesa humanidad. Desde entonces los oaxaqueños apodan a Ulises Ruiz como “el carnicero de Chacatongo”.

Ese es el hombre que busca hoy una diputación priista para recuperar un poder que se le ha ido dos veces: cuando concluyó su período de gobierno en Oaxaca y el PRI perdió la elección ante el aliancista Gabino Cué; y cuando siendo coordinador del PRI en Quintana Roo, propuesto y cobijado por el hoy procesado ex gobernador Roberto Borge, llevó a la derrota al candidato del tricolor Mauricio Góngora Escalante, también hoy encarcelado por ejercicio indebido de la función pública.

En su búsqueda de la diputación, Ruiz echa mano de amigos y cómplices en su gobierno, a quienes promueve, pero en otros partidos, como parte de sus amenazas veladas.

Es el caso de Manuel García Corpus (uno de sus cuatro secretarios generales de gobierno) a quien busca incorporar como candidato a senador por el PRD, lo que ya generó una crisis en el perredismo oaxaqueño, pues hay al menos tres militantes que se sienten con el merecimiento de serlo: el ex candidato a gobernador José Antonio Estefan Garfias, el diputado Federico López Sancho y Eva Diego.

Otro caso es el del diputado local Samuel Gurrión, a quien promueve como candidato frentista (PAN-PRD) a la presidencia municipal de la ciudad de Oaxaca, posición que reclaman para sí perredistas de peso como el diputado federal Francisco Martínez Neri. Y dos casos más: el de quien fuera también secretario general de gobierno, Jorge Franco, a quien respalda para que sea candidato del PES-Morena; y la ex secretaria de Turismo, Beatriz Rodríguez Casasnovas, a quien promueve para una diputación perredista ofreciendo, dicen los que saben, apoyo económico para los Chuchos.

Por eso lo digo que esto es un salpicadero de excremento.

INSTANTÁNEAS. 1. ACELERADO. Otro de los amigos de Ulises, su ex vocero Héctor Pablo Ramírez Puga, renunció a Liconsa. Quiere ser senador por Oaxaca. Parece que se lanzó al vacío porque nadie le aseguró que le darán la candidatura.

2. REVISIÓN. Morena todavía puede meterle reversa a la designación de Gómez Urrutia como candidato pluri al Senado. Ricardo Monreal Ávila, quien aparece en esa misma lista, dijo ayer en Saltillo que la Comisión de Honestidad y Justicia del partido analizará si existe alguna denuncia o elemento de carácter jurisdiccional que impida que el líder minero ser candidato. Hay un real impedimento a la vista de constitucionalistas consultados por esta columna: Gómez Urrutia no puede serlo ya que tiene doble nacionalidad: mexicano y canadiense.

3. INELEGIBILIDAD. Otro que podría estar impedido de ser senador, pero en la cancha del PAN, es Miguel Ángel Mancera. No puede aspirar al escaño quien se ha desempeñado inmediatamente antes como gobernador o jefe de gobierno.

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