Tres hombres compartían el pan y la sal en una mesa del restaurante “El Estoril” en Polanco. Inevitable voltear a verlos conforme su conversación subía de tono. Eran los perredistas Jesús Ortega y Jesús Zambrano, de la tribu Nueva Izquierda, con Graco Ramírez. De pronto, hecho una furia, el gobernador de Morelos se levantó de la mesa, aventó la silla y se fue, con el rostro descompuesto. Algunas orejillas alcanzaron a captar la razón del desencuentro de hace unos días: Los Chuchos no lo apoyan en su pretensión de hacer a su hijastro, Rodrigo Gayosso, candidato del partido del sol azteca al gobierno del estado.

Ese desafecto es el mismo que ha cosechado entre los morelenses por los excesos cometidos durante su gobierno, a decir de quienes ni siquiera son sus paisanos, pues Graco nació en Tabasco. Nada parece quedar del idealismo de aquel líder estudiantil del movimiento de 1968. Aprendió muy bien las mañas de su mentor Rafael Aguilar Talamantes en el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), en el que militó con Ortega y Zambrano, con quienes después se sumó al PRD y conformó la corriente Nueva Izquierda.

Graco Ramírez creó la base de apoyo que lo llevó en 2012 a la gubernatura, cuando fue pieza central del movimiento que en 1998 llevó a la renuncia al entonces gobernador Jorge Carrillo Olea, al que se acusaba de perder la seguridad y la paz en Morelos. En su gestión, ¿caprichos del destino?, inseguridad y la violencia se han desbordado. De ella han sido piedra angular el nepotismo y la venganza política.

La más reciente está en curso, dirigida contra Alejandro Vera Jiménez, hasta ayer rector de la Universidad Autónoma de Morelos, pues concluyó su periodo y el Consejo Universitario designó anoche al ingeniero Gustavo Urquiza, quien fuera secretario general académico.

Graco acusa a Vera de enriquecimiento ilícito después de un largo periodo de acoso político. La Fiscalía del estado argumenta que el ex rector y su esposa se han hecho de propiedades cuya adquisición no se explica con los ingresos de la pareja. Vera obtuvo ayer una suspensión provisional de amparo contra la aprehensión por ese delito. La Fiscalía respondió con una nueva acusación: peculado.

Si Vera se clavó dinero público, pues que se le demuestre y se le castigue. Pero no pueden pasar por alto evidencias que sugieren una venganza política. Las obras para la UAEM (al igual que todas las de su gobierno, según denuncian), no fueron licitadas y por asignación directa las entregaron a empresas relacionadas con Rodrigo Gayosso, hijastro del gobernador de Morelos y actual dirigente estatal del PRD. El ex rector se negó a continuar con esa práctica y empezó el problema. Los recursos para la Universidad (subsidio federal), aprobados por Hacienda y entregados por la SEP al gobierno de Morelos, empezaron a ser retenidos. A la fecha se deben catorcenas a los académicos y pensiones a los jubilados.

Gayosso ha sido el principal operador de Graco. Él encabezó el largo enfrentamiento con el alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, y mueve los hilos para ser el sucesor de su padrastro. Pero el nepotismo de Graco no queda en Gayosso (y me refiero al hijastro). En su gobierno están: Elena Zepeda, actual esposa y madre de Gayosso, presidenta del DIF estatal; Mónica Reyes, secretaria de Turismo y novia de Pablo Ernesto Ramírez, hijo del gobernador con su primera esposa, Olga Durón Viveros, coordinadora general del Instituto Morelense de Radio y TV; y Rafael Bolívar Garrido, hermano de Graco, subsecretario de Desarrollo Urbano.

El repudio es tal que a Graco ya no lo quieren ni Los Chuchos.

INSTANTÁNEAS. 1. YA VIENEN LOS CAMBIOS. Las oficinas de Sedesol eran ayer un hervidero de rumores. Sobre todo uno: que esta semana, o a más tardar la próxima, se va el secretario Luis Miranda para dejar el despacho a Vanesa Rubio. La subsecretaria de Hacienda (primera mujer en ocupar ese cargo) es pieza fundamental del equipo de José Antonio Meade, de quien también fue subsecretaria en Relaciones Exteriores y en Sedesol. De concretarse, sería una señal más de apoyo a la candidatura presidencial de Meade. Tan pronto como el 29 de noviembre, o antes, vendría otra casi inequívoca si el secretario de Hacienda no se va al Banxico a relevar a Agustín Carstens.

2. ORDEN FINANCIERO. Mucho llamó la atención que el Instituto Mexicano para la Competitividad colocara a Campeche, con un nivel de cumplimiento de 83%, en el segundo lugar de su ranking de resultados de orden financiero y eficacia en la relación presupuesto-gasto público. Muy buen espaldarazo al gobernador Alejandro Moreno Cárdenas.

3. QUE NOS CAIGA EL VEINTE. Así se llama la iniciativa ciudadana (con un mínimo de 40 mil firmas) que presentará hoy en el Congreso de Sonora el senador panista Héctor Larios. Propone obligar a los municipios con mas de 300 mil habitantes a destinar un mínimo de 20% de su presupuesto para inversión en infraestructura y equipamiento. Y es que, ante el crecimiento de las burocracias, 95% se destina a gasto corriente.

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