Ayer, Manchester City logró quebrar un récord de 14 victorias consecutivas en la Premier League. Y no es sólo una estadística tirada al azar. Lo veíamos en la Champions, y también en la categórica manera que los Citizens ya despacharon esta temporada al Chelsea, el Arsenal y el Liverpool.

Pep Guardiola, después de gastarse casi 250 M de € en el verano pasado, ha construido un Manchester City temible, que te roba el balón y no te lo da ni de prestado (y en el proceso te humilla), con un asfixie y presión constante que no te deja mover y te agota física y mentalmente, y un grupo de delanteros sobresalientes que no hay manera de que siempre te marquen gol.

Así el, ManCity de Pep llegó a Old Trafford. Líder cómodo en la Premier a 8 puntos del Manchester United. Mourinho necesitaba ganar sí o sí. Pero ante la sorpresa de pocos, esa ventaja subió a 11 puntos, después de una pobrísima actuación defensiva del equipo de José, dejando mucho espacio del medio para atrás para que el City cimente su victoria de manera cómoda.

Que un equipo le haga dos goles a los diablos rojos en su propia casa a pelota parada, muestra con claridad donde estaba mentalmente un equipo comparado con el otro. Y que el gol de la victoria lo marque un defensor central que parecía no tener un lugar al comienzo de la temporada (Nicolás Otamendi) indica a las claras, las ganas de uno y el otro. Pep Guardiola está revolucionando el futbol inglés, después de haberlo hecho en Alemania y España.

Hoy por hoy, la Premier League ya parece decidida. Y para colmo va a buscar la Copa de Liga, la FA Cup y la Champions. Porque para Guardiola nunca nada es imposible.

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