Por tercera vez en la historia Italia no estará en un Mundial de Futbol. En 1930 no asistieron por desavenencias con FIFA porque ellos lo querían organizar y decidieron boicotear el Mundial en Uruguay.

En 1958 (por esas cosas del destino en Suecia) Irlanda del Norte los dejó afuera en una histórica eliminación. Y esta vez con una paupérrima actuación fue Suecia quien los dejó afuera con un marcador global de 1-0. Italia, producto de un mal juego, fue un equipo incapaz de proponer un juego ofensivo más efectivo y creativo: el plan de los extremos de terminar tirando centros al bulto fue un insulto al fútbol.

Culpable número uno fue el Director Técnico, Gian Piero Ventura, quien pasará a la historia por no clasificar a los azzurris a Rusia 2018. Nadie (ni los propios jugadores) entendieron el plan de juego, ni ninguna de las sustituciones que hizo en los dos partidos. Jugó con una defensa de tres, pero ellos juegan como defensores centrales (Barzagli, Bonucci y Chiellini), ante una Selección Sueca que ya todos sabían que se defiende bien, pero ataca poco, parada con un clásico 4-4- 2: en el partido tuvieron solo dos remates bajo los tres palos, en el de vuelta: sólo uno. Ante esta pobre Suecia, Ventura se equivocó en todo.

No hizo nada bien. Para colmo de males dejó en el banco a esa máquina de hacer goles que se llama Lorenzo Insigne (la razón principal junto a Mertens del gran momento futbolístico del Nápoli). El otro personaje culpable es el Presidente de la Federación Italiana de Futbol, Carlo Tavecchio. Un ex – político de 74 años con un pasado manchado de controversias y antecedentes penales, Tavecchio se decidió por Ventura porque le salía barato y hasta le había renovado el contrato hasta el 2020.
Italia tenía jugadores con calidad suficiente para llegar al Mundial.

Pero la desorganización y los dinosaurios que existen detrás de las escenas los mandó al infierno.

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